Los gazatíes participan hoy en una manifestación multitudinaria con motivo del Día de la Tierra Palestina, celebrado cada año a finales de marzo en recuerdo de una protesta de 1976 por los continuos robos israelíes de tierras palestinas y para reivindicar el derecho de todos los palestinos a retornar a su hogar.
Durante la marcha, se han quemado carteles con las efigies de Netanyahu y Trump y la leyenda “Jerusalén es la capital de Palestina”, expresando así absoluto rechazo y furia por la decisión de Washington de reconocer Al-Quds como capital del régimen israelí y trasladar a esta ciudad palestina la embajada de EE.UU.
El ejército israelí cifra en 20.000 a los palestinos que están participando en las protestas de Gaza, en seis ubicaciones principales a lo largo de la valla que rodea el enclave y que lo separa de los territorios ocupados. Desde antes de empezar las protestas, Israel había desplegado francotiradores y reforzado su presencia militar en la zona, preparándose para abrir fuego contra los civiles.
Según el Ministerio de Salud palestino, al menos 14 manifestantes han perdido la vida y cientos más han resultado heridos en la Franja hasta el momento en la Gran Marcha del Retorno, decenas de ellos por munición real disparada por las fuerzas de guerra israelíes.
Las Brigadas Ezzedin Al-Qassam, brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), han pedido a sus miembros que donen sangre con urgencia a los hospitales del norte de la Franja de Gaza, dada la escasez que ha causado en los bancos de sangre el elevado número de heridos.
El portavoz de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yusef al-Mahmud, ha atribuido al régimen israelí toda la responsabilidad de los ataques a los palestinos y ha pedido “una intervención internacional inmediata y urgente para detener el derramamiento de sangre”.
El jefe de la oficina política de HAMAS, Ismail Haniya, ha asegurado por su parte a los manifestantes que “esta marcha envía el mensaje de que el pueblo palestino está unido contra la ocupación y contra el bloqueo”, y ha considerado que con la movilización “comienza el regreso a toda Palestina”.
Está previsto que esta marcha marque el inicio de seis semanas de protestas que culminarán el 15 de mayo, Día de la Nakba (“catástrofe”, en español), en que se recuerda la expulsión de los palestinos de sus tierras, un día después del previsto para la apertura de la nueva misión diplomática de EE.UU. en Al-Quds.
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