• Un manifestante iraquí arroja un bote de gas lacrimógeno durante las protestas acaecidas en Bagdad, capital de Irak, 27 de octubre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: lunes, 28 de octubre de 2019 8:22

Mientras América Latina sigue atenta a la crisis en Chile, en dos países del Oriente Medio, Irak y El Líbano, crecen las expresiones de descontento en las calles.

Irak y El Líbano sufren desde hace años problemas económicos, que han devenido en acusaciones de corrupción contra la clase política de esos países y movilizaciones. Un aspecto fundamental de estas últimas es que todos los iraquíes y libaneses, lejos de cualquier filiación sectaria o lemas partidistas, se han unido para hacer realidad sus demandas legítimas, según un artículo publicado el domingo en el diario Raialyoum.

Claves de las protestas en Irak y El Líbano

Demandas económicas

Desde el 1 de octubre, miles de los iraquíes copan las calles para protestar contra la corrupción y el desempleo.

Las marchas se interrumpieron durante 18 días con motivo de la celebración del Día de Arbaín (el día 40 después del aniversario del martirio del Imam Husein (la paz sea con él), nieto del profeta del Islam, el Hazrat Muhamad (P), y tercer Imam de los chiíes), pero se reanudaron el viernes.

Las manifestaciones pacíficas en Irak se han trocado, sin embargo, violentas debido a la presencia de infiltrados armados entre los manifestantes, algunos con el parabién y el apoyo abierto de los países extranjeros.

Y en un paralelismo más que sospechoso, El Líbano testimonia protestas equiparables desde el 17 de octubre, donde se demandan garantías en servicios como el agua, la electricidad y la atención médica gratuita.

Las reformas económicas

Días después de que comenzaran las protestas, el Gobierno del primer ministro iraquí, Adel Abdul-Mahdi, realizó “reformas” económicas en el país.

Las medidas adoptadas por el Gobierno iraquí incluyen: ayuda financiera a las familias pobres, la creación del Consejo del Servicio Federal para evitar preferencias a la hora de dar empleo, la formación de un comité de expertos independientes para identificar los problemas de Irak y también proponer soluciones.

El Gobierno libanés no se quedó atrás: el 21 de octubre propuso reformas como, por ejemplo, la derogación de los impuestos que había aprobado para el presupuesto 2020, la reducción de los salarios de los ministros y parlamentarios, tanto actuales como anteriores.

El pueblo rechaza las reformas y los infiltrados abusan de la situación

Los manifestantes, tanto iraquíes como libaneses, rechazan las reformas implementadas, calificándolas de meros “analgésicos”, pues, en su opinión, no suponen una verdadera cura para los problemas económicos y, evidentemente, no satisfacen sus demandas.

Arabia Saudí y el régimen de Israel, según los informes, instrumentalizando las protestas, han ofrecido apoyo financiero a algunos agentes infiltrados en las manifestaciones para generar caos en Irak y El Líbano, países en los que están presentes los grupos de la Resistencia.

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Medios de comunicación han difundido imágenes de vídeo en las que se ve cómo elementos que se hacen pasar por manifestantes abren fuego contra estos y contra la Policía iraquí para culpar a las fuerzas populares de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de tales actos de violencia.

A su vez, en El Líbano, medios saudíes, como la cadena noticiera Al Arabiya, han acusado a los simpatizantes del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) de estar detrás de intimidaciones a los manifestantes.

El líder del Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, aseguró que su movimiento no está implicado y de seguido pidió a sus partidarios que abandonen el centro de Beirut, capital libanesa.

Nasralá, no obstante, advirtió a los manifestantes de que el posible “caos” y el “colapso económico” derivados de un “vacío” institucional beneficiaría indudablemente los intereses del régimen de Israel.

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Israel, primer beneficiario de las protestas en Irak y El Líbano

Israel es el principal beneficiario de la ola de protestas en Irak y El Líbano, dos países que apoyan los grupos de la Resistencia de la región contra el régimen de Tel Aviv. Además, Israel se aprovecha de las protestas para reducir la influencia de Irán en el Oriente Medio.

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La influencia de la República Islámica de Irán en la región, en especial en Irak, Siria y El Líbano, no ha hecho sino crecer en los últimos 40 años y, aunque el régimen de Israel ha hecho lo imposible para minimizar la influencia iraní en el Oriente Medio, ha fracasado estrepitosamente.

De hecho, Israel, con su deformada perspectiva, estaría aprovechando las marchas en dichos países para frenar el avance de Irán en la región, y así comprar tiempo, pues es consciente de que si quiere enfrentarse a Irán debe cambiar de estrategia.

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