• Los manifestantes en una marcha contra la islamofobia, y el racismo en Londres, el Reino Unido, 19 de marzo de 2022. (Foto: Getty Images)
Publicada: viernes, 10 de febrero de 2023 1:21
Actualizada: viernes, 17 de marzo de 2023 15:33

La profanación descarada de las santidades islámicas en nombre de la libertad de expresión y de pensamiento se normaliza escandalosamente en Occidente.

Por: Maryam Qarehgozlu

Más recientemente, lo presenciamos en Estocolmo (capital de Suecia) y La Haya (Países Bajos), donde el sagrado Corán fue profanado a plena luz del día y, como siempre, los países occidentales no solo permanecieron como espectadores mudos, sino que se convirtieron en animadores de ello.

El 23 de enero de 2023, Edwin Wagensveld, un político neerlandés de la extrema derecha, provocador y líder del grupo islamófobo Pegida, arrancó páginas del Corán en La Haya, la capital administrativa de los Países Bajos.

Dos días antes, en otro acto de provocación, el político de extrema derecha Rasmus Paludan, de doble nacionalidad danesa y sueca, conocido por su extremismo antislámico, quemó una copia del Corán frente a la embajada turca en Estocolmo, bajo protección policial y con permiso de las autoridades.

Una semana después, Paludan repitió el acto, prendiendo fuego a una copia del venerado libro islámico frente a una mezquita en Dinamarca, nuevamente bajo la protección de la policía.

Naturalmente, provocó ira, indignación y condena en todo el mundo, en particular en los países de mayoría musulmana

 

A pesar de la demanda legítima de acciones legales contra tales provocaciones que hieren los sentimientos de 1400 millones de musulmanes en todo el mundo, los gobiernos occidentales no hicieron nada excepto emitir declaraciones para salvar las apariencias.

Su inacción e indiferencia quedaron bajo el manto de la libertad de palabra y de expresión, lo que les da licencia para insultar y abusar descaradamente del Islam y los musulmanes y salirse con la suya convenientemente.

Los delitos de odio contra los musulmanes tienen como principal objetivo provocar y herir a las comunidades musulmanas. En casos recientes, los gobiernos en cuestión no solo se negaron a criminalizar los actos, sino que también los autorizaron y brindaron protección.

Los medios occidentales también se mantuvieron en silencio, excepto para informar sobre las reacciones del mundo musulmán. Su cobertura se centró principalmente en cómo este incidente podría impactar en la ambiciosa oferta de Suecia para ingresar en la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte).

Esto indica cómo los valores religiosos islámicos se ven comprometidos en las sociedades occidentales que se secularizan rápidamente.

Prevalece la islamofobia

Curiosamente, algunos países occidentales tienen legislaciones sobre la blasfemia que están diseñadas para proteger las creencias religiosas y evitar la violación de esas creencias.

La blasfemia se define como el acto de hablar de una manera que muestra irreverencia hacia Dios o las santidades sagradas. En algunos países europeos es un delito punible. Las penas van desde multas hasta penas de prisión.

Sin embargo, en 2017, Dinamarca derogó su ley contra la blasfemia, y las últimas leyes suecas contra la blasfemia fueron anuladas en los años setenta. Fue reemplazada por una nueva ley llamada “agitación contra un grupo específico de personas” que no protege a las religiones sino a sus practicantes.

Holanda, Francia, Grecia, Inglaterra, Gales, Islandia, Irlanda, Noruega y Escocia también se encuentran entre los países que derogaron la ley.

Algunos otros países europeos como Alemania también están contemplando dar un paso similar.

De hecho, incluso en los países donde se promulga la ley, no se extiende necesariamente a todos los insultos contra las religiones y la profanación del Sagrado Corán.

Desafortunadamente, la despenalización de tales crímenes de odio y el continuo desprecio por los insultos contra el Islam y la profanación de sus lugares sagrados, aparentemente para defender la libertad de expresión, está destinado a dar lugar a la islamofobia, y a crímenes e incluso asesinatos relacionados con la islamofobia.

En julio de 2021, el Consejo Nacional de Musulmanes Canadienses (NCCM, por sus siglas en inglés) anunció que Canadá ha visto más asesinatos en masa motivados por la islamofobia en los últimos cinco años que cualquier otro país del Grupo de los Siete (G7).

En enero de 2017, el tiroteo en la mezquita de la ciudad de Quebec dejó seis fieles muertos y 19 heridos. Fue uno de los asesinatos en masa más mortíferos en la historia de Canadá.

En agosto de 2022, una serie de asesinatos de hombres musulmanes en Nuevo México, en el estado estadounidense de Nuevo México, conmocionó a las comunidades musulmanas de todo el país.

Un estándar paradójico

Si bien los países europeos están tomando medidas para despenalizar la blasfemia y fomentar la islamofobia y el antislamismo, su postura sobre el antisemitismo sigue siendo clara.

La negación del Holocausto es un delito penal en muchos estados miembros de la UE, incluidos Alemania, Grecia, Francia y los Países Bajos, entre otros.

En algunos países europeos, la negación del Holocausto se castiga con meses o años de prisión.

En abril de 2021, el ministro de Justicia de Suecia, Morgan Johansson, dijo que cree firmemente que la negación del Holocausto debería ilegalizarse en su país y anunció que el Gobierno había establecido un comité parlamentario para analizar el tema con mayor detalle.

De la misma manera, los caricaturistas, directores y editores de la revista "satírica" francesa Charlie Hebdo que se han acostumbrado a burlarse de las figuras y santidades islámicas también deberían ser detenidos y juzgados.

Pero, lamentablemente, los prejuicios contra los musulmanes se han normalizado esencialmente y los dobles raseros occidentales a este respecto solo alimentan las llamas de la islamofobia.

Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.


Maryam Qarehgozlu es una periodista radicada en Teherán (capital de Irán) que ha cubierto extensamente asuntos ambientales, de salud, tecnología y la Asia Occidental desde 2015.