El mandatario de Ucrania, Petro Poroshenko, advirtió que el ejercicio militar de Moscú que se llevará a cabo en Bielorrusia la próxima semana –por el que Ucrania ha aumentado su seguridad fronteriza–, que movilizará hasta 100.000 soldados en las fronteras orientales de la Unión Europea (UE), demuestra las ambiciones cada vez mayores de Rusia en la región.
Según indicó el jueves el portal de noticias local Ukrainska Pravda, a juicio de Poroshenko, estos últimos juegos de guerra ponen de relieve que Rusia no tiene la intención de devolver Crimea o retirarse de las regiones independentistas del este. Las autoridades ucranianas insisten en que el Ejército ruso mantiene presencia en esas zonas mientras que el Gobierno de Moscú lo rechaza.
“No hay señales de que Moscú esté dispuesto a retirarse de Donbás o salir de Crimea. De hecho, cada vez hay más pruebas de sus preparativos para una guerra ofensiva de proporciones continentales”, declaró Poroshenko en un discurso ante el Parlamento ucraniano.
No hay señales de que Moscú esté dispuesto a retirarse de Donbás o salir de Crimea. De hecho, cada vez hay más pruebas de sus preparativos para una guerra ofensiva de proporciones continentales”, declaró el mandatario de Ucrania, Petro Poroshenko.
“Bajo el disfraz de ejercicios estratégicos de mando, no estamos descartando la creación de un nuevo grupo de asalto de tropas rusas para atacar el territorio de Ucrania”, aseveró. “Cerca de 2000 transportistas con soldados y equipos se han acercado y se están acercando a nuestras fronteras. No es garantía de que después del final de estas maniobras todo esto volverá a Rusia”.
El ex presidente georgiano Mijail Saakashvili cree que el simulacro podría utilizarse como “un frente para emplazar a las tropas rusas en Bielorrusia como precursor de la anexión”, según el portal estadounidense Newsweek.
El Kremlin indica que 13.000 soldados participarán en sus ejercicios Zapad 2017 (“Oeste”), sin embargo, observadores occidentales estiman que se trata de un número más elevado.
Por el momento está ‘amenaza rusa’ de la que advierte Ucrania –y otros países exsoviéticos–, ha hecho que Kiev se asegure de recibir ayuda militar por parte de EE.UU.
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