“Quizá aún más peligrosa es la impunidad que algunos de los asesinos parecen disfrutar en el reino”, ha dicho este lunes el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Tras casi un año del asesinato del periodista crítico Khashoggi en el consulado saudí en el territorio turco, recientemente el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, ha reconocido que el asesinato del columnista de The Washington Post sucedió bajo su supervisión.
Anteriormente, la Agencia de Inteligencia Central (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. y algunos países occidentales habían indicado que el disidente fue ultimado por orden del príncipe heredero.
El asesinato de Khashoggi, a juicio de Erdogan, fue posiblemente el incidente más influyente y controvertido del siglo XXI, excluyendo los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU.
“Ningún otro acontecimiento desde el 11-S ha supuesto una amenaza tan grave para el orden internacional o ha desafiado las convenciones que el mundo ha dado por sentadas”, ha subrayado.
Quizá aún más peligrosa es la impunidad que algunos de los asesinos parecen disfrutar en el reino”, dice el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en alusión al asesinato del periodista crítico saudí Jamal Khashoggi.
El presidente turco ha recalcado que hay un esfuerzo en marcha para explicar la falta de transparencia en el asesinato del periodista, asegurando que hay una gruesa línea entre hacer lo posible para llevar a los “terroristas” ante la justicia, y cometer un asesinato premeditado por las visiones políticas del objetivo.
Tras destacar la importancia de la política de transparencia de Ankara en el caso, el mandatario turco ha afirmado que las autoridades del país han cooperado de cerca con sus socios para esclarecer el asesinato de Khashoggi y determinar “dónde están sus restos”.
El diario turco Daily Sabah informó el pasado noviembre que los agentes saudíes tras asesinar a Khashoggi, disolvieron su cuerpo en ácido y lo arrojaron por el desagüe.
El mismo diario reveló días después del macabro asesinato de Khashoggi que Arabia Saudí había enviado a Turquía un equipo de 11 personas, entre las que estaban el químico Ahmad Abdulaziz al-Yanubi y el toxicólogo Jaled Yahya al-Zahrani, para deshacerse del cadáver y ocultar pruebas.
alg/ctl/tmv/mjs
