"Si no tomamos algunas medidas inmediatas y concretas sobre el terreno en los próximos días y semanas, la Unión Europea (UE) y toda Europa en su conjunto comenzarán a caerse en pedazos", ha declarado el primer ministro esloveno.
Si no tomamos algunas medidas inmediatas y concretas sobre el terreno en los próximos días y semanas, la Unión Europea (UE) y toda Europa en su conjunto comenzarán a caerse en pedazos", ha dicho el primer ministro esloveno, Miro Cerar.
Cerar ha hecho estas declaraciones en el marco de la reunión de emergencia que ha tenido lugar este domingo entre la UE y varios líderes de los Balcanes en Bruselas, convocada por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, para poder hablar de acciones operativas inmediatas para hacer frente a la crisis.
Eslovenia, ha añadido Cerar, país al que han llegado unos 60.000 migrantes en unos días, se enfrenta a una situación "muy grave" y advierte que esta situación se tornará insoportable, si no reciben ayuda.
Diferentes países involucrados en esta crisis, lejos de llegar a un entendimiento sobre el manejo de los refugiados, toman medidas no a gusto de sus países vecinos, lo que resulta en un aumento de tensiones entre ellos. Como ejemplo, Croacia, al cerrar su frontera, desvía el flujo de refugiados hacia Eslovenia, hecho que ha denunciado el premier esloveno.
La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, ha dicho que la solución a la crisis no será posible sin la ayuda de Turquía, país clave, por lo que ha instado a los mandatarios presentes en la reunión a negociar una vez más con el país euroasiático.
El borrador de la declaración de la reunión indica que se aprobará el despliegue de 400 policías en las zonas fronterizas de los Balcanes Occidentales y se aumentarán las medidas de seguridad. El Ejecutivo comunitario ha pedido expresamente a los países que "se abstengan de facilitar" el avance de estas personas hacia otros Estados de la región sin el consentimiento previo de éstos.
La política, en ocasiones xenófoba, que llevan a cabo países como Hungría en este ámbito ha sido criticada internacionalmente. En este contexto, el presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, advirtió contra los que reciben con violencia a los refugiados, pues, a su entender, "suponen una vergüenza para Europa" y denunció el hecho de que los países del bloque no cooperen para solventar esta crisis.
Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año, más de 710.000 solicitantes de asilo cruzaron las fronteras de la UE, según datos de Frontex, la agencia europea de vigilancia de fronteras. Varios países europeos han advertido que están dispuestos a cerrar sus fronteras para detener este flujo.
Antes del encuentro de este domingo, el canciller de Austria, Werner Faymann, consideró que la UE se enfrenta al riesgo de verse desintegrada por esta crisis migratoria.
En la cita han participado trece países, a saber: Alemania, Austria, Hungría, Grecia, Eslovenia, Croacia, Bulgaria, Rumanía, Macedonia, Serbia, Albania, Holanda y Luxemburgo.
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