El cruce este viernes entre el presidente de EE.UU. y Sánchez en la cumbre del Grupo de los 20 (G20) ha estado marcado por un gesto con el que Trump ha vuelto a menospreciar a Sánchez cortando con brusquedad su intento por entablar una conversación con él.
Donald Trump ha mandado a Sánchez que se sentara señalándole su asiento con el dedo, tras lo cual Sánchez ha obedecido de inmediato la orden sentándose con una sonrisa en los labios, mientras el mandatario norteamericano seguía avanzando hasta su propio lugar.
El polémico ademán del presidente de EE.UU. ha encontrado eco en los medios españoles, entre los cuales el diario El País, cercano al partido del presidente del Gobierno en funciones, lo ha descrito como “gesto burlón”.
El Periódico ha llamado por su parte “feo” el movimiento de Trump en el plenario del G20, que se celebra en Osaka (Japón), y Diario Patriota, un popular medio de comunicación en línea, lo ha considerado una “humillación” para el presidente español.
No es la primera vez que Trump actúa así con Sánchez. En julio del año pasado, en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el magnate neoyorquino se negó a mantener una conversación de más de un minuto con el socialista español.
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Cuando Pedro Sánchez se le acercó para saludarlo, Trump se mostró distante, apenas lo miró a la cara y le contestó de manera forzada, dejando claro que no tenía consideración alguna por el presidente del Gobierno de España —una consideración que sigue sin existir—.
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