El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, recibió en Madrid (capital) al presidente del BCE, Mario Draghi.
En opinión de Draghi, medidas como la reforma laboral de Rajoy, que fue duramente criticada por los sindicatos y derivó en la convocatoria de una huelga general, deberían ser tomadas como ejemplo por el resto de países de la Eurozona a pesar de ser "poco populares". Draghi pidió continuar con las reformas estructurales.
Por su parte, Rajoy se comprometió profundizar en España su “ambición reformista”. En este sentido llamó a la oposición a no derogar las reformas.
El líder conservador defendió también sus políticas económicas durante los últimos años para sacar al país de la crisis.
No obstante, el discurso triunfalista de Rajoy, en materia económica, contrasta con las observaciones de instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esta entidad publicó, hace días, un informe criticando que el crecimiento no consigue evitar que la sociedad española sea cada vez más desigual.
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