Publicada: viernes, 10 de octubre de 2025 8:05

Tras dos años de guerra en Gaza, Israel fracasa en sus objetivos y la Resistencia palestina emerge fortalecida con un nuevo alto el fuego.

Por el equipo editorial del sitio web de Press TV

El régimen israelí y el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), con la mediación de Estados Unidos, Egipto, Catar y Turquía, firmaron un nuevo acuerdo de alto el fuego en la madrugada del jueves, marcando dos años y dos días desde el inicio de la devastadora guerra genocida contra Gaza.

Estos dos años, desde el 7 de octubre de 2023, han sido testigos de cómo el régimen de Tel Aviv, respaldado por sus aliados occidentales —en particular Estados Unidos— ha cometido crímenes de guerra atroces, matando a más de 67 000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según datos de la Oficina de Medios de Gaza.

El resultado ha sido una catástrofe humanitaria de una magnitud sin precedentes en la era moderna. Sin embargo, una resistencia palestina tenaz ha desafiado todas las probabilidades, demostrando que, finalmente, el derecho se impone sobre la fuerza.

Lo que comenzó como una promesa de “victoria total” se ha transformado en un fracaso rotundo y definitorio para el proyecto sionista. A pesar de los bombardeos incesantes, el asedio y la hambruna, el régimen de Benjamín Netanyahu no ha logrado ninguno de sus objetivos estratégicos ni políticos en Gaza.

Lo que Israel no logró en Gaza

  • Fracaso en aplastar la resistencia palestina

Tras dos años de guerra genocida sin restricciones, el régimen israelí fracasó en someter Gaza o desmantelar la resistencia palestina, tal como había proyectado luego de la histórica y heroica operación Tormenta de Al-Aqsa, liderada por HAMAS.

Desde los escombros de sus hogares y campamentos de refugiados, han emergido nuevas formas de resistencia, resiliencia y desafío.

La resistencia palestina, encabezada por HAMAS, aunque golpeada por la ocupación despiadada, ha permanecido organizada, decidida y profundamente arraigada en la conciencia nacional.

La promesa de “borrar a HAMAS” se ha convertido en un símbolo de arrogancia para la ocupación sionista, que finalmente se vio obligada —bajo presión de la administración Trump— a firmar una tregua con la misma resistencia que había jurado aniquilar.

  • Fracaso en quebrar la voluntad palestina

La estrategia israelí de castigo colectivo —arrasando vecindarios, bombardeando hospitales y escuelas, y sometiendo a civiles al hambre— fue diseñada para quebrar la voluntad del pueblo palestino.

No obstante, incluso en medio de un sufrimiento inimaginable, el espíritu de sumud (firmeza y resistencia) no ha hecho más que fortalecerse entre los palestinos, quienes se niegan a rendirse, someterse o abandonar su tierra.

Familias desplazadas en múltiples ocasiones se han negado a partir. La resistencia ha evolucionado, extendiéndose más allá de la lucha armada, e integrándose profundamente en todos los ámbitos de la vida.

Fracaso en liberar a los cautivos por la fuerza

Pese a los bombardeos diarios en Gaza, Israel no ha logrado liberar a sus cautivos en manos de la resistencia palestina desde el 7 de octubre.

Cada intento de rescate por la vía militar solo ha conllevado mayores pérdidas y humillaciones para el régimen de ocupación. En muchas ocasiones, los ataques aéreos indiscriminados israelíes han causado la muerte tanto de rehenes como de civiles palestinos.

Las negociaciones han sido el único camino viable para su liberación, justamente con la resistencia que Israel prometió destruir.

 

  • Fracaso en provocar un éxodo masivo

El objetivo israelí de empujar a los gazatíes hacia los desiertos egipcios o forzarlos al exilio ha sido enfrentado con una férrea oposición, tanto por parte de la resistencia como de la propia población.

Incluso confinados en tiendas improvisadas o entre ruinas, los gazatíes se han negado a aceptar el destino de una nueva Nakba. Han resistido el desarraigo pese a las masacres reiteradas del régimen.

  • Fracaso en recolonizar Gaza

Los planes israelíes de reocupar Gaza o construir asentamientos ilegales en medio de la guerra genocida han colapsado frente a nuevas realidades políticas, diplomáticas y militares.

Con la entrada en vigor del nuevo alto el fuego, Gaza permanece no colonizada, y cada bomba lanzada no ha hecho sino fortalecer la determinación palestina e intensificar la oposición global al proyecto colonial sionista.

  • Fracaso en anexar Cisjordania

La aspiración histórica del régimen israelí de anexar Cisjordania y materializar el proyecto del “Gran Israel” se ha convertido en una quimera geopolítica.

La resistencia local, el escrutinio internacional, las investigaciones de la Corte Penal Internacional y las crecientes divisiones internas dentro de la entidad sionista han obstaculizado su avance.

Lo que Israel realmente logró en Gaza

  • Un genocidio retransmitido al mundo

Durante estos dos años, el mundo ha sido testigo —en directo y en tiempo real— del asesinato masivo de niños y mujeres palestinas, la destrucción sistemática de hogares y hospitales, la hambruna impuesta a familias y la aniquilación de comunidades enteras.

Gaza se ha convertido en el primer genocidio de la historia retransmitido en vivo a miles de millones de personas, documentado por periodistas, civiles y satélites por igual.

La historia recordará esto como uno de los colapsos morales más oscuros de la era moderna, posibilitado por el silencio global y facilitado por los regímenes occidentales, en especial Estados Unidos y sus aliados.

  • Condena mundial y rendición de cuentas legal

Desde las Naciones Unidas hasta la Corte Penal Internacional (CPI), la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el Consejo de Derechos Humanos y numerosas ONG, existe hoy un consenso: Israel ha cometido crímenes de guerra, limpieza étnica y genocidio en Gaza.

La CPI ha emitido órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el exministro de asuntos militares Yoav Gallant, mientras juristas de renombre continúan exigiendo justicia.

La Fundación Hind Rayab —con sede en Bruselas y nombrada en honor a una niña palestina asesinada por Israel— ha documentado crímenes de guerra y presionado a gobiernos para que actúen contra soldados israelíes que visiten sus países.

Por primera vez, la impunidad garantizada por décadas por las potencias occidentales empieza a resquebrajarse.

  • Aislamiento diplomático creciente

A pesar de las enormes inversiones en propaganda y cabildeo para blanquear sus atrocidades, el régimen israelí se encuentra hoy cada vez más aislado, dos años después del inicio de la guerra.

Movimientos estudiantiles, sindicatos, artistas, abogados, académicos y deportistas se han unido a los llamados al boicot y sanciones, algo que antes parecía impensable.

La opinión pública, especialmente entre las generaciones jóvenes de los países occidentales, ha cambiado de manera decisiva. El discurso dominante de la supuesta “autodefensa” ha quedado al descubierto como vacío e hipócrita. 

  • Colapso del relato sionista

Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla decisivo, e Israel ha perdido la guerra de las ideas y las narrativas.

A pesar de emplear influencers y millones en propaganda sobre el 7 de octubre y sus consecuencias, el régimen no ha logrado convencer a las audiencias globales.

Periodistas ciudadanos en Gaza, armados con teléfonos móviles y una valentía inquebrantable, han desmontado décadas de engaños y falsedades.

El mundo ve ahora la verdad sin filtros: una población asediada luchando por su supervivencia y liberación frente a un ocupante ilegítimo.

 

  • Despertar global por la liberación palestina

Desde Sudáfrica hasta América Latina, de Londres a Yakarta, de Italia a España, millones de personas se han volcado en apoyo a Palestina y su liberación del yugo israelí.

Ya no se habla de una “solución de dos Estados”, sino de un Estado palestino único y libre, desde el río hasta el mar.

La causa palestina se ha convertido en un símbolo universal de resistencia contra décadas de ocupación ilegal, opresión y colonialismo de asentamientos.

Los llamados al derecho de autodeterminación resuenan con más fuerza que nunca, unificando movimientos por la justicia bajo un solo grito: ¡Palestina Libre!

Dos años después, con un nuevo acuerdo de tregua en marcha, la campaña genocida de Israel no ha destruido Gaza, sino que la ha inmortalizado.

De entre las cenizas, el espíritu palestino sigue en pie.
Los niños aún recitan poemas sobre el retorno.

La Resistencia perdura como expresión del espíritu humano por existir, recordar y recuperar la dignidad.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.