En discurso durante la sesión abierta de este domingo, el presidente del Parlamento de Irán, Mohamad Baqer Qalibaf, ha condenado la decisión del Gobierno australiano de incluir en la lista negra al Cuerpo de Guardianes de Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
Ha resaltado que esta fuerza proviene del pueblo iraní y ha desempeñado un papel clave en la lucha contra el terrorismo en la región de Asia Occidental, dejando en claro que las acusaciones infundadas no pueden cuestionar el poder ni la influencia del CGRI.
Qalibaf ha argumentado que la medida de Australia es un intento por apaciguar a Israel y desviar la atención mundial de los “crímenes genocidas [del régimen israelí] en Gaza”.
Australia, en un gesto hostil, ha clasificado al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán como un “patrocinador estatal del terrorismo”.
Camberra justifica haber tomado la decisión después de que las evaluaciones de inteligencia mostraran que el CGRI está involucrado en la organización de ataques contra la comunidad judía australiana.
En agosto, Australia acusó a Irán de orquestar dos ataques antisemitas en Sídney y Melbourne y le dio al embajador iraní siete días para abandonar el país.
La acusación se produce, a pesar de que las autoridades australianas competentes, incluida la Policía de Nueva Gales del Sur, admitieron explícitamente el 25 de octubre de 2025 que la implicación de Irán en acciones contra objetivos judíos era falsa y declararon que no existían pruebas de la involucración de Irán en presuntas acciones antisemitas en Australia.
Irán ha negado vehementemente las acusaciones de Australia, y en respuesta, ha degrado las relaciones diplomáticas con Camberra.
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