El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, ha señalado este domingo que el Plan de Acción Integral Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) “en su forma y su texto actuales no puede ser reactivado, porque nuestra situación nuclear ha avanzado significativamente y ya no podemos volver a las condiciones del JCPOA. Lo mismo ocurre con las sanciones del otro lado”.
No obstante, ha asegurado que el [aludido] acuerdo todavía puede ser una base y un modelo para negociaciones futuras, mientras ha sugerido que muchas de las discusiones y los consensos del acuerdo nuclear podrían ser reutilizados, en mayor o menor medida.
Araqchi ha reiterado el carácter completamente pacífico del programa nuclear persa, al tiempo que ha aclarado que su país está dispuesto a aumentar la confianza relativa a este programa en los demás.
Guerra con EEUU
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán ha indicado que la República Islámica siempre ha evitado las guerras, pero que la nación está preparada para cualquier escenario.
“La política de la República Islámica ha demostrado que no buscamos la guerra. No tenemos miedo y estamos preparados para cualquier situación. La política exterior de Irán se centra definitivamente en la diplomacia y en evitar la guerra, a menos que esta sea inevitable, en cuyo caso será gestionada bajo sus propias condiciones”, ha enfatizado.
De igual modo, ha recalcado que “cuando decimos ‘No a las negociaciones con Estados Unidos’, esto no surge de la terquedad, sino de la historia, experiencia y los antecedentes. Como experto, negociador y diplomático, digo que, bajo estas condiciones, ya no es posible entablar negociaciones con Estados Unidos, a menos que ciertas cosas cambien”.
Irán firmó un acuerdo nuclear con China, Francia, Rusia, el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y la Unión Europea en 2015, comprometiéndose a reducir su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones. Estados Unidos se retiró del acuerdo en 2018, durante el primer mandato del presidente Donald Trump, y reimpuso sanciones a Teherán, lo que provocó su fracaso. En respuesta, Irán afirmó que reduciría sus compromisos con el pacto nuclear.
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