Durante un discurso ofrecido ante la Junta de Gobernadores de la AIEA, celebrada en Viena, capital de Austria, el funcionario persa ha asegurado que la AIEA, con la emisión de un comunicado en el cual afirma que no está dispuesta a visitar una central nuclear específica de Irán, no puede eludir su responsabilidad de incluir las falsas alegaciones en su informe.
También ha denunciado las repentinas alegaciones presentadas en el informe del director general de la AIEA, Yukiya Amano, y las revelaciones al respecto, y ha declarado que lamentablemente la AIEA ha estado utilizando algunas pruebas falsas y poco certeras en su investigación.
Asimismo ha aseverado que “la implementación de los acuerdos, según el programa conjunto de Ginebra, que ha sido aprobado por la AIEA, demuestran la voluntad de Teherán de conseguir tales pactos”, para después añadir que “pese a la complejidad de los temas, hemos obtenido avances para una solución total y duradera”.
Nayafi ha indicado, también, que todos los documentos clasificados durante la sentencia de un exagente de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) deben ser entregados a la AIEA para que sean revisados, además de que la Agencia debe tener acceso a todos los empleados de la CIA, los cuales elaboran falsas evidencias sobre el programa pacífico nuclear del país persa.
Un tribunal estadounidense condenó el pasado mes de enero al exagente de la CIA Jeffrey Sterling por revelar información de una operación secreta contra el programa nuclear de Irán, presuntamente en venganza contra la CIA por haberlo despedido en la década del 2000.
Por otro lado, Nayafi ha vuelto a invitar a los inspectores del ente a la instalación de Marivan, en el oeste del país persa, para acabar con las sospechas de que se estén realizando pruebas con explosivos especiales en el citado complejo.
Finalmente, el diplomático persa ha tachado de “fabricadas” y “sin fundamento” esas acusaciones y ha argumentado que las personas que han brindado falsas informaciones a la AIEA no pueden identificar el supuesto lugar de las explosiones.
Un crítico informe de la AIEA, publicado en noviembre de 2011, sobre la posible dimensión militar del programa nuclear de Teherán, mencionaba el sitio de Marivan, aunque los expertos de este ente de las Naciones Unidas nunca lo han visitado.
Hace dos meses, las autoridades iraníes invitaron a la AIEA a viajar a la región de Marivan para inspeccionar el área y ver por sí mismos la realidad. Sin embargo, la AIEA, sin dar explicación alguna, rechazó la oferta de los iraníes.
Desde hace más de una década, EE.UU. y algunos de sus aliados, en particular el régimen de Israel, alegan que Irán podría perseguir fines bélicos en su programa de energía nuclear, una acusación fuertemente rechazada por el país persa.
Lo extraño es que el régimen israelí, que presuntamente cuenta con un arsenal atómico de más de 200 ojivas nucleares, se niega a adherirse al Tratado de No Proliferación (TNP) y tampoco permite inspecciones a sus instalaciones nucleares, manifiesta preocupación por la naturaleza del programa de energía nuclear de Irán.
Por otra parte, la AIEA ha realizado numerosas inspecciones a las instalaciones nucleares iraníes, empero, nunca ha encontrado prueba alguna que evidencie desvío alguno hacia fines no civiles del programa de energía nuclear de Irán.
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