El líder del Partido Laborista (PL) británico, Jeremy Corbyn, rechazó categóricamente las acusaciones antisemitismo del Movimiento Judío Laborista Británico, presentadas ante la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC, por sus siglas en inglés), de haber convertido al partido laborista en un nido antisemita desde que se convirtió en su líder. Le acusan de pasividad y no enfrentar al antisemitismo en las filas de su partido.
Corbyn precisó que, como líder del PL, no interfiere directamente en este tipo de casos de antisemitismo, según explicó, son examinados por un grupo de trabajo independiente.
No es la primera vez que Corbyn y su partido son objeto de acusaciones antisemitas por parte de la comunidad judía británica y hasta el propio régimen de Israel. No obstante, estas acusaciones han cobrado más fuerza a vísperas de las elecciones del 12 de diciembre para impedir el ascenso del líder laborista al poder y hacerle desaparecer de la escena política.
En un informe publicado el 25 de agosto, el portal local de noticias Middle East Eye (MEE), con sede en Londres (capital del Reino Unido), afirma que el régimen israelí lidera una campaña para difamar y desprestigiar a Corbyn, conocido por su apoyo a la “causa palestina” y su oposición a la represión ejercida por Israel contra los palestinos, de hecho, busca mostrar al líder opositor británico como una figura antisemita.
Aún así, para muchos analistas, la raíz de las acusaciones antisemitas contra Corbyn son las críticas que efectúa su partido al capitalismo. Pues, cuando el líder laborista habla de los banqueros, los capitalistas, de la élite corporativa o del “establishment”, dicen que, se está refiriendo a los judíos.
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