El Reino Unido sigue sumergido en el caos por la salida de la Unión Europea (UE). Las medidas legales contra la decisión del premier Boris Johnson de suspender el Parlamento aun no han dado frutos. Los legisladores están indignados y tildan la medida de antidemocrática, acusaciones que el Gobierno rechaza.
Un tribunal escocés rechazó un recurso presentado por un grupo de 75 diputados en contra de la decisión de Boris Johnson.
En Londres, también, los legisladores están indignados por la suspensión temporal del Parlamento. Tildan la medida de “antidemocrática y de un ultraje” a la Constitución. Una percepción que rechaza el gobierno.
Por su parte, Johnson aseguró que el Parlamento tendrá suficiente tiempo para discutir los términos de la salida de la UE. Sin embargo, criticó a los legisladores por debilitar su posición ante Bruselas por los obstáculos que le ponen en el camino.
Advirtió, también, que impedir el Brexit en octubre provocaría un daño permanente en la confianza del país en la política y está en contra de la voluntad popular.
Mientras tanto, a dos meses de la fecha límite para evitar un Brexit sin acuerdo, el principal tema de disputa siguen siendo las fronteras duras entre Irlanda e Irlanda del Norte. Las autoridades europeas e irlandesas no están satisfechas con la gestión del Gobierno de Johnson sobre el tema fronterizo y lo acusan de negligencia.
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