Jeremy Corbyn ha cerrado la conferencia del Partido Laborista (PL) en Liverpool después de cinco días de idealismo socialista. Sin llegar a concretar una postura con respecto a qué modelo de Brexit prefiere, el líder laborista centró su discurso en criticar el progreso alcanzado por la primera ministra británica, Theresa May, con Bruselas.
En un ataque contra la “avaricia del capitalismo”, Corbyn propone políticas laboristas basadas en la renacionalización de sectores clave como el ferroviario o el suministro de agua, una mayor participación del trabajador en las grandes empresas, subsidios a la infancia y a una fuerte política medioambiental que promete crear más de 400 000 empleos.
En política exterior, Corbyn ha hecho mención directa a la situación en Yemen, Myanmar (Birmania) y Palestina, criticando las matanzas del régimen de Israel, apoyando el reconocimiento de Palestina y asegurando que manteniendo los valores de antisemitismo que definen al partido.
Pero el anuncio más esperado ha sido el del apoyo de un segundo referéndum que dé la oportunidad de permanecer en la Unión Europea (UE), siempre y cuando el Parlamento rechace el plan propuesto por el Gobierno y no se convoquen elecciones generales; una propuesta que no agrada al 36 % de votantes laborista que votaron por Brexit.
Aunque los índices de popularidad del líder laborista han caído sustancialmente de un año para otro, Corbyn ha conseguido el apoyo necesario de su partido para impulsar una serie de políticas radicales que transformen el país y conquisten el corazón de los votantes laboristas pro-Brexit, sin llegar a pronunciarse sobre qué estrategia adoptaría frente a Bruselas, o cómo votaría en un segundo referéndum.
Ian Díez, Liverpool.
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