Una creciente incertidumbre está reinando en las negociaciones entre el Reino Unido y la UE sobre los términos de la salida de Londres del bloque comunitario.
Cuando apenas quedan siete meses para que se haga efectivo el divorcio, el Gobierno británico aseguró que el Brexit será aplicado independientemente de que se logre o no un consenso entre las partes. Reconoció que, en varios asuntos, como la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, Londres y Bruselas mantienen diferencias.
Alemania tampoco ocultó su escepticismo. La canciller alemana, Angela Merkel, lamentó que los diálogos no hayan conllevado a ningún resultado y recordó las consecuencias del Brexit para Londres.
La cuenta atrás para el Gobierno británico ya ha comenzado. El mes de octubre se ha fijado como plazo para la conclusión de las conversaciones, paso previo antes que el Parlamento vote su conveniencia con el acuerdo.
Eso mientras la hoja de ruta de la primera ministra británica, Theresa May, ha sido criticada, tanto por los que quieren una ruptura más radical con la UE, como por los que abogan por vínculos estrechos.
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