Pese a protestas en los medios de comunicación antes de cada cumbre y negociación sobre el Brexit, Reino Unido aceptó casi todas las condiciones de la Unión Europea (UE) para efectuar su periodo de transición de 18 meses que empezará a partir de marzo de 2019.
De este modo, Londres pagará la factura de la salida, los derechos de los ciudadanos europeos ofrecer un estatus especial a Irlanda de Norte para evitar duras fronteras han sido acordados. El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, que apoyaba la salida del bloque también saludó el pacto.
Durante el periodo de transición que termina en diciembre de 2020, Reino Unido, sin derecho a voto ni veto y podrá disfrutar del mercado único, quedar al margen de determinadas políticas que se aprueben si está en desacuerdo con ellas. El pacto es sumamente beneficioso para la UE, pero los británicos enfatizan en ventajas de renegociar e incluso nuevas negociaciones en materia de lazos bilaterales.
Las opiniones dentro del país son dividías. Los que estaban a favor de Brexit están relajados que ya hay una especie de hoja de ruta. Sin embargo, otros no lo ven con buenos ojos y temen que el Gobierno ceda aun más y llegar a una situación de perder-perder. No obstante, sería posible que incluso las autoridades dieran la marcha atrás si no logran buenos acuerdos para el periodo pos Brexit y así pidan que se nulifique el divorcio.
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