La página Web estadounidense The Grayzone reveló el jueves, a través de documentos y correos electrónicos filtrados, que la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) había estado intentando dirigir fondos del Departamento de Estado de EE. UU. hacia lo que se denomina la Coalición por la Libertad de Irán.
La coalición, que está compuesta por figuras iraníes pro occidentales y agentes neoconservadores estadounidenses belicistas, representa un claro intento de imponer un “liderazgo exiliado” sobre la oposición antiiraní, añadió el informe.
Asimismo, añadió que la iniciativa contra la República Islámica fue encabezada por Carl Gershman, director durante mucho tiempo de la NED, considerada el brazo de cambio de régimen de Washington o la agencia de espionaje de la CIA disfrazada.
“Independientemente del nivel de participación de los miembros enumerados, la composición de la Coalición por la Libertad de Irán propuesta por Gershman demuestra cómo el autoproclamado movimiento prodemocracia de Irán se ha convertido en un juguete para el lobby de Bombardear Irán”, afirmó.
Entre los elegidos por Gershman para liderar la iniciativa se encontraba William Kristol, el empresario neoconservador que ha encabezado durante décadas una campaña de lobby a favor de una invasión militar estadounidense de Irán. También seleccionó a Joshua Muravchik, un extravagante partidario del partido israelí Likud que insiste en que “la guerra con Irán es probablemente nuestra mejor opción”.
El informe destaca que los integrantes iraníes de la campaña contra su propio país están en su mayoría formados por figuras culturales respaldadas por el gobierno de Estados Unidos, así como por empleados de instituciones de investigación de Occidente con inclinaciones intervencionistas, como es el caso del Instituto Tony Blair.
“Como lo ilustra la propuesta filtrada de Gershman, estos elementos secuestraron rápidamente las protestas, insertando a los exiliados patrocinados por el gobierno de Estados Unidos como la cara y la voz internacional del movimiento, asegurando así que su efecto final sería una profundización de las sanciones estadounidenses sobre los iraníes promedio”, reza el informe.
Los disturbios patrocinados por extranjeros estallaron en Irán en septiembre de 2022, cuando Mahsa Amini, de 22 años, murió en un hospital de la capital, Teherán, tres días después de desplomarse en una comisaría de policía.
Los resultados de una investigación sobre su muerte atribuyeron posteriormente el trágico incidente a la condición médica preexistente de Amini, desmintiendo las afirmaciones de que fue golpeada por la policía.
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