Este es el momento en el que contingentes del servicio secreto y la policía de Washington D.C. (capital de EE.UU.) amenazan con el arresto a esta mujer con niño en brazos, así como un menor de edad al lado. La mujer protesta ante la Casa Blanca por la complicidad de la clase política estadounidense con el sionismo genocida del régimen de apartheid israelí. Tal es la conclusión de una marcha de alrededor de 6000 congregantes en solidaridad con Palestina.
Mientras la Administración Biden anunció asistencias “especiales” para los estadounidenses-israelíes; los estadounidenses de origen palestino quedan abandonados a su suerte. Atrapados bajo las bombas norteamericanas utilizadas por el régimen de Tel Aviv en Gaza y en casa propia, ultrajados por las autoridades cuando ejercen su derecho a la libre expresión.
En un país que se autodefine como "respetuoso de los derechos de las mujeres y los niños", la policía se ensaña con infantes, abuelitas y madres de familia.
20 000 ametralladoras después, bombas de racimo, fósforo blanco: Armas prohibidas por el derecho internacional.
Estados Unidos continúa la provisión económica y militar para el régimen sionista y en esta ocasión miles de ciudadanos se convocan y congregan frente a la Casa Blanca siendo bloqueados por las autoridades para poder expresar su rechazo ante la obra estadounidense y la colaboración del gobierno norteamericano con el sionismo internacional.
Esta marcha se suma a las miles de acciones en todo el mundo. En Estados Unidos, no solo la diáspora palestina participa de los eventos, pero también todos aquellos ciudadanos que reconocen la criminalidad que el sionismo representa, así como la limpieza étnica en contra de los palestinos durante los últimos 75 años.
Marcelo Sánchez, Washington.
