Eu una carta explosiva, las familiares de víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 pidieron el viernes al presidente estadounidense a divulgar la información sobre el papel de Arabia Saudí en estos “bárbaros ataques”.
“Si el presidente Biden incumple su compromiso y se pone del lado del gobierno saudí, nos veríamos obligados a oponernos públicamente a cualquier participación de su Administración en cualquier ceremonia conmemorativa del 11 de septiembre”, se lee en el texto.
Los firmantes denuncian que durante años, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Justicia de EE.UU. buscaron mantener esta información en secreto y evitar que el pueblo estadounidense sepa toda la verdad sobre lo sucedido.
Condenan, además, que tanto la Administración del expresidente de EE.UU. Donald Trump como el Gobierno de Biden hacen caso omiso y a pesar de innumerables demandas por parte de los miembros demócratas y republicanos en el Congreso, el tema ha permanecido “inexplicablemente ignorado”.
Según las familias de las víctimas del incidente, transcurridos veinte años de dichos crímenes, ya no hay razón para mantener esta información en secreto.
Las críticas hacia el presidente demócrata no se limitan al caso de 11-S, pues la carta pide a Biden cesar el apoyo al reino árabe por sus “actos de terrorismo”, sobre todo el en “horrible” asesinato del periodista Jamal Khashoggi, asesinado en octubre de 2018 en el consulado saudí en la ciudad turca de Estambul.
¿Qué fue lo que pasó exactamente durante los ataques?
El 11 de septiembre de 2001, el grupo terrorista Al-Qaeda logró hacerse con el control de cuatro aviones: dos se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra el edificio del Departamento de Defensa (el Pentágono). El cuarto aparato se estrelló en el estado de Pensilvania (noreste). Los atentados se saldaron con alrededor de 3000 muertos.
Según diferentes investigaciones, los oficiales del Gobierno saudí estuvieron involucrados en estos ataques, los financiaron y pagaron a los atacantes.
Pese a las críticas internacionales sobre el aumento de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí, el mandatario norteamericano no redujo sus cooperaciones con Riad, sino que sigue defendiendo los nexos cercanos con el reino árabe.
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