El afrodescendiente Andre Maurice Hill, de 47 años, murió la madrugada del martes en el garaje de una casa, después de que el oficial blanco Adam Coy le disparara varias veces.
El incidente, que fue el segundo asesinato de este tipo en menos de tres semanas en Columbus, atizó la indignación en el país norteamericano que vive un histórico movimiento contra el racismo y la brutalidad policial desde el asesinato del también afronorteamericano George Floyd en mayo pasado.
Entretanto, decenas de personas se reunieron el jueves por la tarde en el barrio en el que Hill fue asesinado, bajo una fría llovizna de Nochebuena, para pedir justicia por la muerte del afrodescendiente.
Mientras los medios locales informaron que el oficial Coy ya fue suspendido, el jefe de la Policía de Columbus, Thomas Quinlan, dijo el jueves en un comunicado que presentó dos cargos departamentales alegando mala conducta crítica contra el oficial Coy en la muerte de Hill después de una investigación.
La violencia policial no es algo nuevo en Estados Unidos. En los últimos años, los tiroteos protagonizados por la Policía con consecuencias fatales y otras formas de brutalidades contra las minorías étnicas han suscitado multitudinarias protestas y duras críticas por parte de diversas organizaciones defensoras de los derechos civiles a nivel mundial.
No obstantes, tras la muerte de Floyd, casi todas las ciudades de EE.UU. se han convertido en escena habitual de varias protestas contra el racismo y la brutalidad policial.
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