Cerca de 350 organizaciones de la salud pública, grupos de defensa y departamentos de salud del país norteamericano han instado este martes al secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, que está en continuo contacto con la Casa Blanca por el caso del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, a desempeñar un papel más activo en la protección de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) a fin de evitar una interferencia política, según ha informado el diario Politico.
“Los CDC continúan siendo la principal institución de salud pública del mundo y deben ser tratados como tal durante esta pandemia (…) debemos amplificar la voz sin restricciones de los CDC, no sofocarla”, indica el texto.
Esta carta llega en medio de la creciente alarma surgida en el seno de la comunidad de la salud pública sobre el daño causado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, al minimizar la gravedad de la pandemia, así como su negativa a respaldar medidas básicas como el uso de mascarillas y su insistencia en que el nuevo coronavirus desaparecerá a medida que los casos continúen aumentando.
Las agencias sanitarias han expresado, asimismo, sentirse preocupadas, puesto que el Gobierno estadounidense está dejando de lado a sus propios expertos y socavando la confianza en los funcionarios de la salud pública de todo el país.
De igual modo, la misiva hace alusión a la división cada vez más profunda entre los principales funcionarios federales que lideran la respuesta a la crisis sanitaria y los funcionarios locales, que ya ha alcanzado nuevos límites casi seis meses después de la crisis.
Las principales organizaciones de la salud pública de EE.UU. ya habían criticado con anterioridad el manejo de la pandemia por parte de la Administración de Trump, ya que un gran número de funcionarios acusó al presidente de minimizar la fatalidad del virus desde el principio y de anteponer sus negocios a la salud de la gente.
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