Un tiroteo masivo, ocurrido el sábado en El Paso (Texas) y otro el domingo en el estado de Ohio dejaron al menos 31 muertos e hicieron regresar a la palestra internacional el tema de la violencia armada en EE.UU.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, viajó el miércoles para visitar a Dayton y El Paso con el objetivo de consolar a las víctimas. Sin embargo, en Dayton, los indignados con la inacción del republicano ante los crecientes crímenes de odio y violencia armada, lo esperaban con pancartas que decían “Haga algo”.
Los manifestantes asimismo inflaron una efigie del bebé Trump en pañales con el mensaje “Deje de ser un bebé y enfréntese a la NRA”, en referencia a la Asociación Nacional del Rifle, que defiende el porte de armas.
En Texas, se organizó una protesta parecida, donde los manifestantes expresaron su rechazo a la visita del mandatario estadounidense, abucheando a Trump, mientras este junto a su esposa iban a reunirse con sobrevivientes del tiroteo en un hospital.
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