El secretario interino de Defensa de EE.UU., Patrick Shanahan, ha enviado este viernes una carta a su homólogo turco, Hulusi Akar, en la que presenta un plan de Washington para suspender hasta el 31 de julio la participación de Ankara en el programa de los F-35, si su aliado en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sigue adelante con la adquisición de sistemas antiaéreos S-400 de Rusia.
Según ha aclarado la subsecretaria estadounidense de Defensa encargada de compras, Ellen Lord, en el caso de que Turquía no renuncie a la compra de los S-400 rusos hasta la fecha determinada, los pilotos turcos que se entrenan actualmente en Estados Unidos para operar los cazas F-35 serán expulsados, y los subcontratos adjudicados a empresas turcas para la fabricación de estas aeronaves serán cancelados.
En declaraciones a la prensa, Lord ha explicado que el ultimátum de Washington se debe al hecho de que Turquía ha enviado personal a Rusia para comenzar entrenamientos en el manejo de los S-400.
El aviso se ha producido después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el martes que su país no se echaría atrás en la compra de los S-400 rusos.
Asimismo, señaló que Turquía podría comprar sistemas antimisiles estadounidenses Patriot, pero, las condiciones de la operación no eran tan favorables como las ofrecidas por Rusia por sus S-400.
En 2017, Turquía rubricó un contrato con Rusia por un valor de 2500 millones de dólares para la compra de sistemas antimisiles S-400, uno de los orgullos de la industria armamentista rusa que garantiza el derribo de objetivos aéreos —desde cazas hasta misiles de crucero— a una distancia superior a los 250 kilómetros.
La medida turca ha provocado amplias tensiones con Estados Unidos, que acusa a Ankara de poner en peligro la asociación para la fabricación del avión de combate de quinta generación F-35.
Turquía, a su vez, ha rechazado en reiteradas ocasiones las acusaciones de Washington, insistiendo en seguir adelante con el proyecto. De hecho, en mayo, Erdogan anunció que, tras la compra del sistema antiaéreo ruso S-400, Ankara colaborará con Moscú en la producción del S-500.
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