La agencia estadounidense The Associated Press ha informado este lunes que Abraham Lincoln y sus escoltas, incluidos tres destructores y un crucero con misiles guiados, se encuentran actualmente estacionados a unas 200 millas (320 km) de la costa de Omán en el mar Arábigo.
Los comandantes del Ejército estadounidense rehusaron a dar explicaciones respecto a la ubicación del portaviones en el mar Arábigo, y su rechazo a entrar en el Golfo Pérsico, pero alegaron que están listos para cualquier misión en la región.
Contradiciendo los comentarios de los militares estadounidenses, el capitán Putnam Browne, comandante del Abraham Lincoln, reconoció que “Uno no quiere escalar algo inadvertidamente”.
Medios de comunicación consideran la capacidad defensiva de Irán y su poder misilístico como los principales motivos por los que EE.UU. se ha visto obligado a mantener su sofisticado portaviones a una gran distancia del área de tensión.
Tensión en el Golfo Pérsico y la firme postura de Irán ante la retórica belicista de Trump
Tras su retirada unilateral del acuerdo nuclear suscrito en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (formado entonces por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), la Administración del presidente de EE.UU., Donald Trump, ha intentado “en vano” usar una combinación de retórica dura, presión diplomática, sanciones económicas y ahora una postura militar para presionar al país persa, a que deje de apoyar a los grupos de la Resistencia en la región.
El domingo, el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, manifestó la disposición de su país “a participar en una conversación sin condiciones previas” con Irán.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Seyed Abás Musavi, consideró la propuesta de diálogo sin condiciones previas de EE.UU. un “juego de palabras” y le exigió a Washington un cambio de enfoque.
Las autoridades persas consideran, sin embargo, la retórica belicista “una simple guerra psicológica” y recalcan que EE.UU. ahora experimenta su presencia “más débil”, desde 1833, en el oeste de Asia.
Teherán, teniendo en cuenta que Washington ha incumplido todos sus compromisos y cerrado todas las puertas a nuevas negociaciones, considera que su propuesta es una mala “broma”.
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