“Siempre estoy abierto a nuevas ideas, pero no voy a comentar sobre lo que se piensa. Esa será finalmente una decisión del presidente (Donald Trump)”, ha dicho este domingo Bolton en respuesta a una pregunta sobre si la Administración estadounidense está considerando emplear a contratistas privados en Afganistán en lugar de soldados.
En declaraciones durante una entrevista con la cadena local ABC, Bolton ha reaccionado al interés recién expresado por el presidente estadounidense Trump por privatizar las operaciones castrenses estadounidenses en Afganistán.
Se trata de una propuesta hecha por Erik Prince, fundador de la empresa militar Blackwater, expulsada anteriormente del territorio afgano por el expresidente del país asiático Hamid Karzai.
Siempre estoy abierto a nuevas ideas, pero no voy a comentar sobre lo que se piensa. Esa será finalmente una decisión del presidente (Donald Trump)”, dice el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, en respuesta a una pregunta sobre si la Administración estadounidense está considerando emplear a contratistas privados en Afganistán en lugar de soldados.
Prince ha argumentado que el despliegue de contratistas privados en lugar de las tropas y el uso de recursos gubernamentales limitados ayudaría a Washington a ahorrar dinero.
“La Administración de los Estados Unidos está gastando 76 mil millones de dólares al año en Afganistán, creo que es mucho más de lo que el Reino Unido está gastando en todo su presupuesto de defensa”, dijo Prince el viernes.
Blackwater, que tiene una pésima reputación, se ha ido hundido en escándalos por cometer crímenes de guerra y matar a civiles en la guerra que orquestó EE.UU. en Irak.
La idea de Prince, no obstante, ha suscitado inquietud entre oficiales castrenses, congresistas y miembros del equipo de Seguridad Nacional de Trump. En esta línea, los secretarios de Defensa y de Estado de EE.UU., James Mattis y Mike Pompeo, respectivamente, se han opuesto al referido plan. Un alto funcionario del Departamento de Estado ha dicho que “no hay posibilidad” de que sea adoptado.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán en el marco de la llamada “guerra contra el terrorismo”. La ofensiva apartó del poder al grupo armado Talibán, pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros —8400 de ellos estadounidenses—, sigue dominando gran parte del territorio afgano.
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