El comandante del Ejército de EE.UU. en Europa, Ben Hodges, instó el viernes a Moscú a permitir que observadores y periodistas supervisen sus ejercicios navales que tiene programado realizar próximamente en el sur de Rusia muy cerca a la península de Crimea.
Aunque Hodges no ofreció ninguna estimación sobre las intenciones rusas con respecto a estos ejercicios militares pre-anunciados, no obstante, aseguró que Moscú podría ayudar a limar las tensiones con su vecino, permitiendo la asistencia de observadores a sus ejercicios militares siguiendo el ejemplo de los ejercicios militares de Estados Unidos y sus aliados en Europa, a la que Rusia se le permitió enviar observadores.
Los rusos realmente podría ayudar a aliviar y proporcionar cierta estabilidad si permiten la asistencia de observadores (…) y de esa formar disminuir las inquietudes a los ejercicios", enfatizó el comandante del Ejército de EE.UU. en Europa, Ben Hodge.
"Los rusos realmente podrían ayudar a aliviar y proporcionar cierta estabilidad si permiten la asistencia de observadores (…) y de esa formar disminuir las inquietudes" respecto a los ejercicios, enfatizó Hodges, en declaracioens a la agencia británica Reuters.
El llamamiento se produce después de que el Ministerio de Defensa ruso anunciara el viernes que la flota del mar Negro, que tiene su base principal en Crimea, comenzará ejercicios navales para repeler posibles ataques submarinos de sabotaje por parte de Ucrania.
Desde hace varios días, la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014, vive una reactivación de las tensiones todavía patentes entre Ucrania y Rusia.
Mientras que Rusia acusa a Ucrania de querer desestabilizar Crimea enviando grupos armados, algo que Kiev ha desmentido, la comunidad internacional llamó a ambos países a aliviar las tensiones, en medio de los temores de que haya una chispa que encienda nuevamente el conflicto.
El viernes, Ucrania acusó a Rusia de fomentar enfrentamientos en su territorio, luego de que pusiera el jueves en máxima alerta de combate a sus tropas en la frontera con Crimea y en la línea de separación con los independentistas en el este del país.
Dicha decisión de Kiev, así como el despliegue del S-400 en Crimea, se producen en momentos de tensión renovada entre Ucrania y Rusia, después de que Moscú denunciara el miércoles ataques de sabotaje en Crimea planeados por la inteligencia militar de Kiev, con el fin de atentar contra "infraestructuras vitales de la península". Crimea decidió en 2014 mediante referéndum (no reconocido por Kiev) independizarse de Ucrania e incorporarse a la Federación Rusa.
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