En este acto, los manifestantes pidieron la dimisión del alcalde de Ferguson, James Knowles, mientras que otros llevaban pancartas en las que se leía "Justicia para Mike" refiriéndose al asesinato del joven afroamericano Michael Brown a manos de un efectivo que desencadenó una ola de protestas contra violencia policial en EE.UU.
Presencia mínima de los policías
Mientras algunos informes estiman que 200 manifestantes se encontraban frente a la estación policial, solo 20 agentes estaban fuera del edificio, es decir en una situación muy diferente a la del miércoles cuando una protesta tras la dimisión del jefe de la Policía de Ferguson, Thomas Jackson, se tornó en violencia.
En las últimas horas del miércoles dos agentes del orden resultaron heridos en un tiroteo cuando intentaban dispersar a los manifestantes que se habían congregado frente a la estación policial para protestar por el exceso de fuerza que utilizan en sus detenciones. La protesta tuvo lugar después de que Jackson anunciara su renuncia en medio de revelaciones de la actitud racista de la policía.
Obama condena la violencia
Por su parte el presidente de EE.UU., Barack Obama, condenó el jueves lo sucedido en contra de los policías de Ferguson, al afirmar que "no había ninguna excusa" para atacar a los agentes durante protestas públicas.
"Lo que había estado ocurriendo en Ferguson era opresivo, inaceptable y digno de protesta", denunció el mandatario estadounidense para quien los autores de esos disparos "son criminales. Han de ser arrestados".
El fiscal aboga por intervención de FBI
Por otro lado, el fiscal general estadounidense, Eric Holder, condenó el ataque contra los policías de Ferguson y ofreció la ayuda del Buró Federal de Investigación de EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés) para detener al autores de este acto, que tildó de "maldito vándalo".
"Este hecho no lo ha protagonizado alguien que quiera sanar Ferguson, lo ha hecho un maldito vándalo", precisó Holder.
El pasado 24 de noviembre el gran jurado de la ciudad de San Luis informó de su decisión de no procesar al policía blanco, Darren Wilson, que mató al joven afroamericano Michael Brown el pasado mes de agosto pese a que este había levantado las manos en señal de rendición.
Las prácticas discriminatorias de la Policía estadounidense, incluidos recientes casos de asesinato de ciudadanos afroamericanos por parte de los efectivos policiales, han puesto de relieve la división racial que existe entre las fuerzas públicas y los colectivos minoritarios en EE.UU. Estos hechos han dado lugar a multitudinarias protestas de condena.
El Departamento de Justicia de EE.UU. concluyó la semana pasada que las fuerzas del orden de Ferguson se comportan de modo discriminatorio por sistema, en perjuicio de los hombres de raza negra, lo que ha provocado varias dimisiones.
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