La huelga general, acompañada por una multitudinaria manifestación y bajo el lema de "un día sin latinos e inmigrantes en Wisconsin" (en noreste de EE.UU.), tuvo como propósito revelar el poder económico de la comunidad latina, en una demostración de lo que sucede, si los trabajadores latinos faltan a su trabajo.
Como consecuencia del paro, cerraron varias empresas y restaurantes en Madison, entre ellas McDonald’s y Grove de Quivey, informó el periódico Wisconsin State Journal, aunque no especificó si la clausura se debía a un posible acto de solidaridad con la comunidad latina o porque tenían personal insuficiente para abrir.
Christine Neumann-Ortiz, directora ejecutiva de Voces de la Frontera, el grupo proinmigrante que convocó la marcha, señaló que la protesta manifiesta el rechazo de las "leyes antiinmigrantes" en la legislatura de Wisconsin.

Las normativas en cuestión son dos: la primera, conocida como “SB 533”, pretende impedir a los gobiernos locales emitir tarjetas de identificación a inmigrantes que se encuentran en forma ilegal en EE.UU. y ya fue aprobada por ambas cámaras legislativas estatales y está a la espera de la firma del gobernador Scott Walker para su promulgación como ley.
La segunda, “AB 450”, intenta suspender el financiamiento estatal a las llamadas "ciudades santuario", como se conoce a las comunidades donde la policía y empleados públicos tienen prohibido preguntar el estatus migratorio de personas que atienden. La iniciativa ha alcanzado el “sí” de la asamblea estatal (cámara de representantes), y necesita también el apoyo del senado.
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