“Cualquier estupidez, complot o acto agresivo del enemigo contra la República Islámica, recibirá una respuesta dolorosa […]. Cortaremos ese complot de raíz”, ha avisado este lunes el comandante de la Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el contralmirante Alireza Tangsiri.
Ha dicho que las presiones y hostilidades aplicadas por la arrogancia mundial contra el país persa durante las últimas cuatro décadas son el precio de defender los valores revolucionarios del país y de no rendirse ante las potencias hegemónicas.
El alto comandante ha hecho estas declaraciones desde el estratégico estrecho de Ormuz, en la desembocadura del Golfo Pérsico, donde ha realizado una visita de inspección a las fuerzas desplegadas en cuatro islas iraníes en la zona, es decir, Bu Musa, Tonb Mayor, Tonb Menor y Siri.
Ha instado a las unidades instaladas allí y en otras rutas operativas de la fuerza de élite a “mantener su preparación para el combate al más alto nivel para poder llevar a cabo las misiones más difíciles en cualquier momento”.
Ha dejado en claro que los propios países regionales son capaces de suministrar la seguridad del Golfo Pérsico, por lo que “no hay necesidad en absoluto de la presencia de países extranjeros que quieran estar aquí con la justificación de brindar seguridad”.
Sus comentarios se producen cuando Estados Unidos e Israel están presionando, en vano, a los países ribereños del Golfo Pérsico, Irak, Egipto y Jordania para que formen una alianza militar regional contra Irán. El plan, sin embargo, no obtuvo el apoyo de los países de la zona que participaron el sábado en una cumbre en Yeda en Arabia Saudí con la participación del presidente estadounidense, Joe Biden.
Las autoridades persas han considerado EE.UU. y su aliado israelí como las principales causas de inseguridad en la zona, y han advertido a los países de la región a no dejarse caer en las trampas de los enemigos.
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