“Parece que Estados Unidos ha interpretado la situación de tal manera que busca consolarse. Las expectativas que han elegido tener de forma falsa podrían hundirles en una decepción aún mayor”, ha advertido Kim Yo-jong, la hermana del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
Conforme recoge este martes la agencia estatal norcoreana de noticias KCNA, Kim Yo-jong ha comentado así las recientes declaraciones del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jack Sullivan, en las que dijo haber visto “una señal interesante” de Pyongyang para retomar los diálogos sobre la desnuclearización del país asiático.
El funcionario norteamericano hizo el lunes esos comentarios después de que el líder norcoreano llamara la semana pasada al país a estar preparado para “el diálogo y la confrontación” con la Administración estadounidense, presidida por Joe Biden.
El mensaje de Kim Yo-jong, conocida por su tono duro ante EE.UU., coincide con la visita a Corea del Sur del enviado especial de EE.UU. para Corea del Norte, Sung Kim, con el objetivo de reunirse con sus homólogos de Seúl y Japón y abordar una posible vuelta a la mesa de negociaciones con Pyongyang.
“Seguimos esperando que la RPDC [República Popular Democrática de Corea] responda positivamente a nuestro acercamiento y a nuestra oferta de reunirnos en cualquier lugar y en cualquier momento sin condiciones previas”, dijo el lunes Sung Kim, tras la reunión a tres bandas, refiriéndose a Corea del Norte por su nombre formal.
¿Cuál es la estrategia de Administración Biden para Corea del Norte?
La nueva estrategia de Washington para Pyongyang descarta el “todo o nada” del expresidente estadounidense Donald Trump y la “paciencia estratégica” de su predecesor, Barack Obama, apostando por una vía intermedia que persigue el diálogo diplomático por fases y que busca reavivar las conversaciones sobre el desrame nuclear norcoreano que permanecen estancadas desde 2019.
Corea del Norte, por su parte, enfatiza que solo el fin de las medidas provocativas de EE.UU. y su socio Corea del Sur podrían preparar las condiciones óptimas para que una nueva ronda de negociaciones sobre la desnuclearización en la península coreana.
La eventual reunión entre EE.UU. y Corea del Norte se sumaría a las tres anteriores sostenidas por Trump y Kim, las cuales fracasaron por la postura inflexible de Washington en las negociaciones, como su rechazo a la petición de Pyongyang de levantar parte de las sanciones impuestas en su contra a cambio de una reducción de sus armas.
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