“Tras una estrecha cooperación, Corea del Sur y EE.UU. decidieron suspender todas las actividades de planificación para el ejercicio defensivo (Ulchi Freedom Guardian) previsto para agosto”, dice un comunicado del ente castrense del país asiático citado por la agencia de noticias local Yonhap.
Además, Washington y Seúl continúan las consultas para adoptar “medidas adicionales”, aunque todavía no hay una decisión alguna con respecto a otros ejercicios de entrenamiento, añade el referido documento.
El anuncio surcoreano se da a conocer horas después de que la secretaria de prensa del Pentágono, Dana White, dijera que esta semana habrá una reunión en el Departamento de Defensa de Estados Unidos, a la que asistirán los secretarios de Defensa y Estado, así como el asesor de Seguridad Nacional, para abordar los futuros “ejercicios de guerra”, aunque asegurara al mismo tiempo que “no hay impacto en los ejercicios del Pacífico fuera de la península coreana”.
Tras una estrecha cooperación, Corea del Sur y EE.UU. decidieron suspender todas las actividades de planificación para el ejercicio defensivo (Ulchi Freedom Guardian) previsto para agosto”, dice un comunicado del Ministerio surcoreano de Defensa.
Tras la histórica cumbre del presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, celebrada el día 12 en Singapur, el inquilino de la Casa Blanca anunció que Washington suspenderá las maniobras con Corea del Sur a medida que el diálogo con Pyongyang para la desnuclearización de la península avance en un sentido “correcto”.
Por otra parte, Corea del Norte ha condicionado la desnuclearización de su país a que Estados Unidos cese el antagonismo en su contra y, según ha corroborado un análisis realizado por el centro estadounidense que monitorea el Programa Espacial de Corea del Norte, conocido como 38 North, Pyongyang aun no ha comenzado la destrucción de sus sitios de pruebas de misiles.
Sin embargo, persisten numerosas incógnitas respecto al destino del acuerdo alcanzado en la cita de Kim y Trump, dado que en casi un año y medio de mandato, El mandatario estadounidense ha dado la espalda a numerosos acuerdos internacionales, creando un clima de desconfianza a su alrededor y entre sus aliados.
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