De regreso en Bogotá tras asistir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Gustavo Petro ha declarado que ya no tiene visado para viajar a EE.UU.; en reacción afirmó en pocas palabras: “No me importa”. Ha recordado que, además de colombiano, es ciudadano europeo y se definió como “una persona libre en el mundo”.
La medida se produjo luego de que el mandatario colombiano participara el viernes en una protesta propalestina en Nueva York, donde instó a las fuerzas armadas de estadounidenses a desobedecer órdenes del presidente Donald Trump y seguir, en cambio, “las órdenes de la humanidad”.
En el acto, junto a simpatizantes de Palestina en Nueva York, reiteró su llamado a formar una fuerza global “más grande que la de Estados Unidos” para “liberar Palestina”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos justificó la revocación de la visa por lo que calificó de “acciones imprudentes e incendiarias” de Petro. El presidente colombiano respondió que la decisión viola las normas internacionales que rigen la inmunidad de los jefes de Estado ante la ONU.
Washington había anunciado el 29 de agosto la revocación de visas a miembros de la Organización para la Liberación de Palestina y de la Autoridad Palestina por “motivos de seguridad nacional”. Petro consideró que esa política, sumada a la sanción en su contra, demuestra que EE.UU. “ya no cumple con el derecho internacional”.
Colombia, un férreo aliado de EE.UU. y el régimen de Israel en la era pre-Petro, durante el mandato del presidente izquierdista ha endurecido sus críticas contra el régimen sionista y sus atrocidades, elevando su respaldo a los derechos del pueblo palestino.