Funcionarios regionales y evaluaciones de inteligencia señalaron este viernes que China ha desplegado lo que describieron como su “mayor demostración de fuerza marítima hasta la fecha”, con más de 100 buques de la Armada y de la Guardia Costera en los mares de China Oriental y Meridional.
Los buques de guerra y de guardacostas chinos operan en aguas que se extienden desde el sur del mar Amarillo, pasando por el mar de China Oriental, hasta el mar de China Meridional y el Pacífico, según cuatro altos cargos de seguridad de la región.
Los analistas describieron la actividad como una posible demostración de poder marítimo en un período políticamente sensible.
Más tarde, el portavoz del Ministerio de Defensa de China, el coronel Jiang Bin, ha confirmado que una flota de combate está efectuando maniobras de entrenamiento en alta mar.
En respuesta a informaciones sobre una amplia presencia de navíos chinos en esas aguas, el portavoz de la Cancillería china, Lin Jian, ha instado, por su parte, a Japón y a otros países “no reaccionar de forma exagerada” ni “alimentar interpretaciones excesivas” sobre sus operaciones marítimas.
Lin Jian ha subrayado que China “siempre ha seguido una política de defensa de naturaleza defensiva”, asegurando que sus buques “operan estrictamente de acuerdo con la legislación nacional china y con el derecho internacional” en las zonas marítimas pertinentes.
La movilización naval se produce en medio de las tensiones con Japón por la isla de Taiwán. Previamente, la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, afirmó que Japón podría considerar acción militar si China atacara a Taiwán, calificando tal escenario como una “contingencia de Taiwán”.
Asimismo, Japón está reestructurando su defensa en las islas del suroeste. Según un informe de China Global Television Network (la red mediática internacional estatal de China, CGTN) publicado el miércoles, Tokio lleva más de una década transformando la cadena de islas Ryukyu en lo que los estrategas militares consideran la primera línea de cualquier escenario relacionado con Taiwán.
El 23 de noviembre, el ministro de Defensa nipón, Shinjiro Koizumi, también informó de la instalación de varios misiles tierra-aire, de mediano alcance, en la isla de Yonaguni, en el sur del archipiélago japonés, a solo 110 kilómetros de Taiwán, argumentando que esto podría “reducir la posibilidad” de un ataque armado chino hacia su territorio.
La posición de larga data de China de que Taiwán forma parte de su territorio soberano es reconocida por casi todos los países bajo la política de “una sola China”.
Pekín ha afirmado reiteradamente que el asunto constituye una línea roja para el gobierno y la opinión pública chinos. En contraste, los movimientos recientes de Japón y Taiwán —incluida la aprobación por parte de Taipéi de un gasto adicional de 40 000 millones de dólares en defensa— han introducido nuevas variables en un entorno geopolítico ya de por sí delicado.
China ha advertido en varias ocasiones sobre la intervención de otros países en los asuntos de la isla, especialmente de Estados Unidos, su principal proveedor de armas. La oposición china también alcanza a los aliados estadounidenses en Asia, entre ellos Japón y Filipinas.
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