Conforme ha reportado el diario South China Morning Post, dos bombarderos de largo alcance estadounidenses, modelo B-1B Lancer, han ingresado en una Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés), en el mar de la China Oriental, donde los militares chinos realizaban masivas prácticas militares.
Según precisa el informe, que cita al rastreador de vuelos Aircraft Spots, estos aviones han despegado la mañana de la jornada de hoy (hora local) de la base Andersen de la Fuerza Aérea, en la isla de Guam, ubicada en el océano Pacífico, y se han dirigido directamente a las aguas del mar de la China Oriental.
La nota ha detallado, además, que las aeronaves estadounidenses realizaron más tarde un repostaje en vuelo y se acercaron a la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Taiwán, sita en el suroeste de la isla.
El diario chino ha resaltado, no obstante, que estos bombarderos no son usados normalmente en misiones de espionaje, por lo tanto, todo parece apuntar a que “EE.UU. está enviando un mensaje de advertencia a Pekín”.
El envío de estos aviones pesados también coincide con los ejercicios navales que China está realizando paralelamente en el mar del Sur de China y el mar de Bohai —en el mar de la China Oriental—, cuya soberanía reclama Pekín, agrega la nota.
Esto mientras que el 29 de septiembre, Pekín anunció oficialmente que responderá a toda agresión en su contra y amenazó con atacar los aviones no tripulados (drones) espías y aviones militares de EE.UU. que violen su soberanía en el mar de la China Meridional.
Las autoridades chinas critican la presencia militar ilegal de EE.UU. en su territorio y recalcan que la militarización de la región provoca inestabilidad y tensiones. Es más, a medida que las tiranteces se agudizan entre EE.UU. y China, se alerta del creciente riesgo a un enfrentamiento entre ambos bandos en la zona de Asia-Pacífico.
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