“Si Japón se atreve a intervenir —con medios militares— en la situación del estrecho de Taiwán, dicha acción será considerada una agresión y se enfrentará a una enérgica respuesta de China”, ha asegurado el portavoz de la Cancillería china, Lin Jian, durante una rueda de prensa celebrada este jueves.
Las declaraciones de Lin se han producido, tras el enunciado de la premier japonesa, Sanae Takaichi, de no retractarse de sus comentarios relativos a que una emergencia en Taiwán que implique fuerzas militares chinas podría representar una “amenaza existencial” para Japón.
Al tenor y enfatizando que los comentarios de Takaichi violan gravemente el principio de “una sola China”, Lin ha subrayado que “Pekín se opone de manera categórica a esta medida y nunca la tolerará”, mientras ha exigido a Japón corregir inmediatamente su error, de lo contrario, deberá asumir todas las consecuencias.
“¿Acaso Tokio pretende repetir el camino del militarismo del pasado?, ¿desea confrontarse una vez más con el pueblo chino y con otras naciones asiáticas?”, ha inquirido, recalcando que la cuestión de Taiwán es un asunto puramente interno de China, y su resolución concierne únicamente al pueblo chino, algo que no admite injerencia extranjera alguna.
Al anunciar que Pekín hará un uso decidido de su derecho a la legítima defensa, conforme a la Carta de la ONU y al derecho internacional, y defenderá con determinación su soberanía nacional e integridad territorial, el vocero chino ha advertido a las autoridades japonesas que “quienes jueguen con el fuego en Taiwán, acabarán quemándose”.
China advierte al G7 que deje de escalar tensiones y socavar la paz regional
En otro parte de sus afirmaciones, Lin ha rechazado la declaración antichina del grupo de G7 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Italia y Japón), enfatizando que “esta declaración vuelve a ignorar la realidad, presenta al derecho y al deber al revés y difama deliberadamente a China, mientras interviene de manera intensa en los asuntos internos de nuestro país”.
Al señalar la situación estable en los mares del este y sur de China, ha exigido a los países miembros del G7 que cesen de provocar disputas, aumentar tensiones y debilitar la paz regional, bajo el pretexto de asuntos marítimos.
El G7 expresó el miércoles su preocupación por el rearme militar de China y el “rápido aumento” de su arsenal nuclear. Los máximos diplomáticos del bloque instaron a Pekín a “demostrar su compromiso con la estabilidad a través de una mayor transparencia”.
En este sentido, el portavoz chino ha anunciado que el país “nunca ha proporcionado armas letales a ninguna de las partes en el conflicto, controla estrictamente los artículos de doble uso y nunca aceptará los intentos del G7 de desviar la culpa o etiquetar a China”.
China ha sostenido durante años que Taiwán forma parte de su territorio y ha advertido repetidamente que adoptará medidas firmes contra cualquier intento de independencia. A lo largo de los últimos años, Pekín ha denunciado las acciones de Estados Unidos que han respaldado al gobierno separatista de Taiwán, e insistido en la necesidad de respetar el principio de “una sola China”.
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