El Departamento de Estado de EE.UU. ha anunciado este viernes la aprobación de una venta militar a Taiwán de repuestos y piezas de reparación para aviones de combate por un valor aproximado de 330 millones de dólares.
Esta medida se considera la primera transacción de este tipo desde que el presidente estadounidense Donald Trump asumió el cargo el pasado enero.
Ante esta coyuntura, el portavoz de la Cancillería de China, Lin Jian, ha destacado en una conferencia de prensa que la venta de armas a Taiwán constituye una “clara violación del principio de una sola China” y una grosera injerencia en sus asuntos internos.
Además, ha acusado a Washington de incumplir lo establecido en las “declaraciones conjuntas chino-estadounidenses”, que se remontan a los años 70 y 80 y que jugaron un papel fundamental en el establecimiento de las relaciones bilaterales entre los dos países. “China muestra su clara oposición a esta decisión”, ha agregado.
“Esto constituye una violación del Derecho Internacional y manda una señal errónea a las fuerzas separatistas e independentistas taiwanesas”, ha señalado el portavoz chino.
Lin ha advertido que la cuestión de Taiwán es de “vital importancia para los intereses” chinos y es “una línea roja que no debe ser cruzada”, exigiendo a Washington “que se adhiera a los principios de una sola China”.
También, ha puesto de relieve que China tomará todas las medidas necesarias con el fin de “salvaguardar su seguridad y su integridad territorial”.
Estados Unidos es el principal aliado y proveedor de armas de Taiwán, a pesar de la falta de relaciones formales con la isla.
Pekín considera a Taiwán parte de su territorio, aunque la isla se administra de manera autónoma desde 1949, y busca su reunificación bajo el principio de “una sola China”. La mayoría de los países reconocen a la isla como parte integral del gigante asiático.
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