En una rueda de prensa celebrada hoy lunes, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lu Kang, ha advertido que las operaciones marítimas de Estados Unidos en las aguas en disputa “violan” su soberanía, por lo que exige a la Casa Blanca que ponga fin a medidas que puedan ser interpretadas como provocaciones.
Las declaraciones de la Cancillería china se producen después de que un destructor estadounidense de misiles guiados tipo USS McCampbell entrara en la zona en disputa y navegara cerca de las islas Paracel, reclamadas por Pekín.
No obstante, la portavoz estadounidense de la Flota del Pacífico, Rachel McMarr, ha defendido en un comunicado la operación, aduciendo que no tiene nada que ver con ningún país y que no se trata de un gesto de carácter político.
El USS McCampbell, según el texto, ha llevado a cabo una operación de “libertad de navegación” al pasar a unas 12 millas náuticas de las islas para “desafiar reclamaciones marítimas excesivas”.
El mar de China Meridional, también conocido como mar del Sur de China, es una extensión muy disputada del océano Pacífico, de la que China reclama casi un 90 %, y escenario de incesantes tensiones entre el gigante asiático y EE.UU. Washington ha enviado varias veces aviones y buques de guerra a las proximidades de los islotes controlados por Pekín so pretexto de defender “la libertad de navegación”.
La incursión del destructor estadounidense se produce mientras en Pekín, capital china, se desarrolla la primera ronda de conversaciones comerciales cara a cara entre los representantes de ambos países.
Lu ha transmitido en la misma jornada la voluntad de Pekín para resolver las disputas comerciales con Washington “en pie de igualdad”.
De hecho, las delegaciones de ambos países se han reunido para solucionar la crisis provocada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, pues la guerra comercial que instigó ha provocado pérdidas multimillonarias en la economía china y estadounidense.
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