El embajador de China en el Reino Unido, Liu Xiaoming, cuestionó el miércoles en el anual Programa de Inducción de Diplomáticos de la Commonwealth en Londres (capital británica), organizado por la Secretaría de la Commonwealth, las operaciones que algunos países occidentales, entre ellos Estados Unidos, practican en el mar bajo la llamada libertad de navegación.
Enfatizando que Pekín no tiene ningún problema con el tema de la libertad de navegación criticó que dichos países, “para la confusión de todos”, eligen las aguas en disputa en el mar Meridional de China para ostentar su poderío militar al desplegar buques de guerra y aviones en dicha zona.
“Esta ha sido una infracción seria (de la soberanía de China)… Amenaza la seguridad de China y pone en peligro la paz y la estabilidad regionales”, señaló Xiaoming.
Esta ha sido una infracción seria (de la soberanía de China)… Amenaza la seguridad de China y pone en peligro la paz y la estabilidad regionales”, señaló Liu Xiaoming, embajador de China en el Reino Unido, sobre la presencia militar de ciertos países extrarregionales en el mar del Sur de China, bajo la excusa de la llamada libertad de navegación.
El diplomático del gigante asiático aseveró que los países regionales son capaces de resolver las disputas, pues alzó la voz para indicar que la libertad de navegación nunca es un permiso para quebrantar la soberanía de otras naciones.
“Esta ‘libertad’ debe acabarse. De lo contrario el mar Meridional de China nunca estará tranquilo”, apostilló.
El mar de China Meridional, también conocido como mar del Sur de China, es una extensión muy disputada del océano Pacífico, de la cual China reclama casi un 90 %.
Esta región ha sido escenario de incesantes tensiones entre el gigante asiático y EE.UU. en los últimos años. Washington ha enviado varias veces aviones y buques de guerra a las proximidades de los islotes controlados por Pekín, so pretexto de defender “la libertad de navegación”.
El Gobierno de Pekín ha criticado en reiteradas ocasiones la supuesta militarización de ese mar por EE.UU. y ha insistido en que “tiene soberanía indiscutible sobre las islas de Spratly y sus aguas adyacentes”.
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