El candidato oficialista Alejandro Guillier promete continuidad, pero también cambios. Si quiere ser el próximo presidente de Chile, deberá más que duplicar la cantidad de votos que obtuvo en primera vuelta.
Se declara seguidor de la obra de Michelle Bachelet y promete profundizar las reformas más emblemáticas del saliente Gobierno.
En las últimas semanas izquierdizó su discurso, presionado por los buenos resultados del Frente Amplio. Precisamente de aquí surgirían los votos que le den el triunfo y por eso en su sector celebraron el apoyo que le otorgó Beatriz Sánchez, la excandidata del conglomerado de izquierda.
Para el balotaje, Guillier ha buscado diferenciarse de Sebastián Piñera, alertando de los riesgos de un triunfo de la derecha. Promete transformaciones, pero su coalición no convence a los chilenos, y él tampoco tras los últimos debates públicos. Este domingo el pueblo chileno lo decidirá.
Leonel Retamal, Santiago.
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