Tras el operativo policial y militar del martes en Senkata, distrito ocho de la ciudad de El Alto, localidad situada cerca de La Paz, capital boliviana, miles de manifestantes se movilizaron el jueves para acompañar a familiares que llevaban los féretros de las víctimas en direccion a la urbe capitalina, donde fueron reprimidos con gas lacrimógeno por las fuerzas de seguridad.
El martes, mientras centenares de manifestantes bloqueaban la planta de hidrocarburos de Senkata en protesta contra el gobierno de la autoproclamada presidenta, Jeanine Áñez, policías y militares reprimieron dicha movilizacion dejando tras de si a nueve muertos por arma de fuego y decenas de heridos.
En este sentido, el expresidente, Evo Morales, desde México, donde se encuentra exiliado, condenó el sometimiento de los militares y la violencia contra los manifestantes por órdenes del gobierno de facto de Áñez.
“El gobierno de facto de Áñez no respeta a los muertos en sus ataúdes, ni perdona a sus familiares, mujeres y niños que marchaban pacíficamente por el respeto a la vida y a la democracia. Condenamos la violencia que se ejerce contra nuestros hermanos y hermanas”, dijo el mandatario depuesto a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
Morales también adjuntó a su tuit un vídeo que muestra cómo las tanquetas de las fuerzas de seguridad obligan a manifestantes a que abandonen dos féretros de las víctimas mortales de Senkata.
En el centro de La Paz, donde los policías impedían el paso de los manifestantes, algunas personas se hincaron a un lado de los féretros, que estaban adornados con flores y con la bandera Whipala, que representa a los pueblos indígenas de Bolivia.
El gobierno de facto de Áñez no respeta a los muertos en sus ataúdes, ni perdona a sus familiares, mujeres y niños que marchaban pacíficamente por el respeto a la vida y a la democracia. Condenamos la violencia que se ejerce contra nuestros hermanos y hermanas”, dice el expresidente de Bolivia, Evo Morales, a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
“Justicia, justicia, justicia”, fue el grito de la multitud que acompañó el traslado de los féretros desde El Alto hasta La Paz, mientras recorrían las calles de la capital boliviana y al encontrarse con una barrera de policías con escudos antimotines, las personas gritaron “asesinos” y poco después de que los manifestantes empezaron a gritar “Queremos paz”, los militares dispararon gases lacrimógenos para disparar la protesta.
Desde que Áñez tomara el control del ejecutivo interino, los militares han incrementado sus medidas de represión contra las manifestaciones en apoyo a Morales y en rechazo a la presidenta autoproclamada.
Morales, el primer presidente indígena de Bolivia desde 2006, tras una arremetida golpista de la oposición, que provocó una ola de protestas violentas contra su reelección en los comicios del 20 de octubre, renunció a su cargo el pasado 10 de noviembre para “preservar la paz en su país”.
Desde entonces, el país ha sido escenario de movilizaciones que exigían, al principio, la renuncia del ejecutivo golpista y el regreso de Morales, y luego unas elecciones generales y, así como el restablecimiento del hilo constitucional.
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