“Carlos Mesa tiene la copia de las 34555 actas. Conclusión: él sabe que no habido fraude en Bolivia y seguramente por eso no quiere una auditoría porque a la luz de una organización internacional, ante la visión de otros países ha de resultar la verdad. Lo que dictamine la OEA, lo acataremos”, ha puntualizado este viernes Héctor Arce.
El titular de Justicia ha explicado que los resultados de la auditoría que la Organización de Estados Americanos (OEA) realizará al proceso electoral boliviano serán vinculantes, y se ha referido a la imposibilidad de nulidad de los mismos, de acuerdo a la Constitución.
“No existe una razón legal para la nulidad de las elecciones”, ha dicho el ministro, mientras ha asegurado que “aún si existiera”, el convocar un nuevo proceso electoral llevaría muchos meses y costaría entre 120 y 140 millones de bolivianos, “sería un gasto innecesario e injustificado de recursos”, ha subrayado.
Carlos Mesa (...) sabe que no habido fraude en Bolivia y seguramente por eso no quiere una auditoría porque a la luz de una organización internacional, ante la visión de otros países ha de resultar la verdad”, ha dicho el ministro boliviano de Justicia, Héctor Arce.
Además, ha lamentado que las declaraciones de Mesa con respecto a un supuesto fraude electoral “no tengan ningún tipo de sustento legal”, lo que se evidencia en su proceder, pues, ha continuado Arce, ni él ni su partido han presentado ninguna prueba de fraude, ninguna solicitud ante ninguna instancia ni judicial ni administrativa.
Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, ha exigido esta misma jornada a la oposición que presente pruebas del “denunciado fraude” ante la Comisión de la OEA, que desde el jueves realiza en el país andino una auditoría integral de dichos comicios.
“Ahora que presenten pruebas de fraude a la OEA, eso queremos ver ahora y si no presentan pruebas, ¿entonces qué es?”, ha manifestado el jefe de Estado, desde el departamento de Cochabamba.
Mesa, perdedor de las elecciones, primero se atribuyó el derecho a disputar una segunda vuelta contra el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) sin esperar el cómputo oficial de votos, pero, luego demandó una auditoría internacional por sospechas de fraude y, ahora, pide desconocer los resultados de las elecciones generales.
Para Morales, el rechazo a la auditoría surge porque ratificará la victoria del MAS, por lo que la oposición, junto con sus aliados cívicos, pretende dar un golpe de Estado, para garantizar el retorno del neoliberalismo a Bolivia.
El miércoles, el mandatario indígena dijo que Bolivia está enfrentando un golpe de Estado, impulsado por la oposición, que ha llamado a masivas protestas y acciones como cercar la sede del Gobierno.
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