Desde el atentado, perpetrado el viernes por el supremacista blanco de origen australiano BrentonTarrant, circulan por las redes sociales las tristes historias de las víctimas, en la mayoría migrantes o refugiados.
Esas personas huyeron de la inseguridad y la violencia en sus países de origen, pero poco sabían que iban a ser víctima del terrorismo en un país donde deberían sentirse seguras.
El atacante fue recibido con hospitalidad a la puerta de una de las mezquitas por DaudNabi, de 71 años y de origen afgano, con un “hola, hermano”, pero Nabi se convirtió en la primera víctima del terrorista.
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