En un comunicado publicado el martes, la organización pro derechos humanos confirmó que un grupo de milicianos asesinó en agosto de 2017 a unas 99 mujeres, hombres y niños hindúes en varías aldeas en la región de Maungdaw.
“Según un listado detallado de los muertos, las víctimas de Ah Nauk Kha Maung Seik comprenden 20 hombres, 10 mujeres y 23 niños, 14 de los cuales tenían menos de 8 años”, reza el texto afirmando que los cuerpos de 45 habitantes fueron encontrados en fosas comunes a finales del pasado septiembre.
En otro drama ocurrido en otra aldea vecina, Ye Bauk Kyar, el pasado 25 de agosto, desaparecieron todos los 46 hombres, mujeres y niños hindúes que residían en la localidad y hasta el momento no se sabe nada de su paradero.
Según un listado detallado de los muertos, las víctimas de Ah Nauk Kha Maung Seik comprenden 20 hombres, 10 mujeres y 23 niños, 14 de los cuales tenían menos de 8 años”, informa la oenegé Amnistía Internacional (AI) sobre la matanza de los hindúes en Myanmar.
“La asunción de responsabilidad por estas atrocidades es tan crucial cuánto lo es por los crímenes contra la humanidad realizados por las fuerzas de seguridad de Myanmar en el norte del estado de Rajine”, señaló el miércoles la directora de la unidad de respuesta a las crisis de AI, Tirana Hassan.
Myanmar, dominado por budistas, tiene a sus espaldas un largo historial de discriminación y persecución de las minorías, especialmente los musulmanes.
El Ejército brimano ha intensificado sus ataques contra la minoría musulmana desde el agosto de 2017. El asesor especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la prevención de genocidios, Adama Dieng, ha denunciado que la violencia ejercida por las fuerzas gubernamentales contra los rohingyas—unos 700.000 miembros de esta minoría se refugiaron en Bangladés— es “una tragedia humana que lleva las huellas del Gobierno birmano y la comunidad internacional”.
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