El Gobierno birmano trata el caso de una agresión perpetrada por varios agentes de Policía contra la minoría musulmana rohingya como "un caso aislado", cuando hay otros abusos que están "esperando una investigación", denunció el miércoles el subdirector del Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) para Asia, Phil Robertson, en un comunicado.
El texto fue emitido después de que un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Myanmar calificara este caso de "aislado".
Se trata de una agresión que tuvo lugar el pasado 5 de noviembre en el estado de Rajine (oeste) y que salió a la luz recientemente, después de que difundieran en las redes sociales imágenes y grabaciones en las que se podía ver a los soldados birmanos golpeando a varios musulmanes de la minoría rohingya.
"Si bien la rápida respuesta del Gobierno a estas acusaciones es importante, muchos otros abusos de derechos humanos, entre ellos asesinatos extrajudiciales, violaciones y destrucción de viviendas, esperan una investigación apropiada y un procesamiento", criticó el titular de HRW.
Asimismo, afirmó que el Ejecutivo de Myanmar ha actuado de manera rápida ante estos vídeos porque se enfrentaba a unas pruebas gráficas que se extendieron rápidamente y a las que todo el mundo pudo acceder con facilidad.
El vídeo, de poco más de un minuto de duración, fue realizado por un miembro de la brigada policial fronteriza y en ella se puede ver cómo varios guardias pateaban y golpeaban con sus porras a dos musulmanes rohingya sentados en el suelo, mientras otras decenas de sus correligionarios están con las manos en la nuca y la cabeza agachada.
“Pero este vídeo plantea otra pregunta: si los propios agentes de la Policía son capaces de grabarse a sí mismos golpeando a rohingya, ¿qué horrores estarán teniendo lugar detrás de las cámaras?”, se preguntó Robertson.
A este respecto, recientemente, varios premios Nobel de la Paz se unieron a la denuncia que hiciera en su día Amnistía Internacional (AI) contra estos hechos y pidieron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que evalué la situación persecutoria que sufren los Rohingya, a la cual calificaron de tragedia humana con tintes de una limpieza étnica, por lo que, opinaron, se debería tratar como crímenes contra la humanidad.
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