“Continuar la agresión en estas circunstancias a medida que se acerca el Ramadán pondrá a toda la región en riesgo de una explosión”, ha alertado el ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, durante una conferencia de prensa conjunta con su homóloga de Bulgaria, Mariya Gabriel, en Ammán el domingo.
“Cada día que pasa sin que la guerra cese, aumenta el riesgo de explosión y aumenta el número de víctimas”, ha subrayado el jefe de la diplomacia jordana.
Por su parte, la canciller búlgara ha expresado su preocupación por las condiciones humanitarias en la Franja de Gaza en medio de la embestida del régimen israelí sobre el territorio.
“Jordania ha demostrado ser un pacificador en la región y apoyamos sus esfuerzos”, subrayó además la diplomática europea.
A principios de febrero, funcionarios del régimen de Israel anunciaron sus intenciones de llevar a cabo una ofensiva terrestre contra la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, para los primeros días de marzo, justo cuando debe iniciar el mes sagrado de los musulmanes del Ramadán.
En tal sentido, el premier israelí, Benjamín Netanyahu, ha anunciado el sábado que el gabinete de guerra de la entidad sionista aprobará “planes operativos” para la invasión terrestre del sureño enclave palestino, donde sobreviven en condiciones infrahumanas alrededor de 1,5 millones de desplazados por la guerra.
“Por lo tanto, a principios de semana convocaré al gabinete para aprobar los planes operativos de acción en Rafah, incluida la evacuación de la población civil desde allí”, anunció Netanyahu, en un mensaje en su cuenta en la red social X.
Definió que el plan busca la liberación de los retenidos, la eliminación del Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) y “la consecución de todos los objetivos de guerra”.
Israel desató una guerra genocida contra la Franja de Gaza como represalia por el fracaso sufrido en la operación Tormenta de Al-Aqsa, ejecutada el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), en respuesta a décadas de crímenes de la entidad sionista contra el pueblo palestino.
Los indiscriminados bombardeos y la ofensiva terrestre del ejército de ocupación han dejado hasta la fecha un saldo fatal de más de 29 700 muertos y cerca de 70 000 heridos, así como alrededor de dos millones de civiles desplazados.
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