Desde el pasado sábado, Mishary al-Balam, de 48 años, fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos en el Hospital Yaber Al-Ahmad Al-Yaber Al-Sabah de Kuwait por contraer el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19. No obstante, murió el jueves a causa de la enfermedad contagiosa, confirmó el viernes su familia.
Al-Balam había compartido el 11 de febrero un vídeo en su cuenta de Instagram del momento en que recibía la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, invitando a sus seguidores en la mencionada red social a que también se vacunen.
El pasado 17 de febrero, el actor aseguró que se infectó de la COVID-19 durante el proceso de la vacunación.
El famoso artista comenzó su carrera en 1991 en la escena teatral de Kuwait y actuó como protagonista en más de 56 espectáculos y series.
A principios del mes en curso, un informe reveló que casi 40 receptores estadounidenses de las vacunas anti-COVID-19 producidas por Pfizer y Moderna en los Estados Unidos habían desarrollado un trastorno inmunológico poco común que afecta la sangre.
Pfizer; asesino en serie
La eficacia de las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer y Moderna ha levantado sospechas en todo el mundo, de manera que muchos, incluso los propios ciudadanos estadounidenses se muestran reticentes a recibir dichas vacunas.
El Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) avisó a mediados de enero que unas 55 personas habían fallecido en EE.UU. después de recibir las vacunas estadounidenses Moderna y Pfizer-BioNTech.
En Europa, la misma inyección ha cobrado la vida de 33 personas en diferentes países. Ante esto, Noruega anunció que la vacuna desarrollada por el laboratorio estadounidense Pfizer y BioNTech es “demasiado peligrosa” para los ancianos.
Según un estudio publicado por Zoe COVID, las personas infectadas por el coronavirus tienen el doble de posibilidades de sufrir efectos secundarios, tras administrarles la vacuna de Pfizer.
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