Los precios del crudo tocaron este mes el mínimo histórico por barril, al no ponerse de acuerdo la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia en la reducción de la producción y los efectos traumáticos del nuevo coronavirus.
Sin embargo, luego de horas intensas de negociaciones, la OPEP y sus aliados llegaron el 12 de abril a un acuerdo para reducir la producción petrolera a 10 millones de barriles por día, con el fin de elevar los precios del crudo, afectados por la baja demanda a causa de la COVID-19 y el alza en la producción de Arabia Saudí y Rusia.
Conforme a Cinzia Bianco, becario de investigación del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, pese a que “Arabia Saudí ganó la guerra de los precios del petróleo”, “Riad puede haber desatado algo que no puede controlar”.
“Existe un alto riesgo de que el acuerdo sea demasiado pequeño, demasiado tarde: sin ninguna señal de que los precios del petróleo aumenten de manera sostenible”, advirtió Bianco, citado por la agencia francesa de noticias AFP.
Bianco señaló que el reino árabe no puede seguir con la consolidación del liderazgo en el mercado mundial de petróleo, pues “los riesgos siguen siendo altos para Arabia Saudí. Puede haber un precio político a pagar”, hizo notar.
Entre tanto, el crudo alcanzó el lunes un valor negativo en Nueva York por primera vez en su historia, cuando el West Texas Intermediate (WTI), se derrumbó 305,97 por ciento.
Aunque el petróleo de EE.UU. regresó el martes al terreno positivo, pero el colapso que sufrió le costará un dolor a largo plazo al país norteamericano en la industria energética.
AFP subraya que los legisladores estadounidenses culpan a Arabia Saudí del referido colapso que llevó a los productores estadounidenses al borde de la bancarrota. El legislador republicano James Inhofe, pidió sanciones contra Riad.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, avisó que su país analizará la posibilidad de suspender las importaciones de petróleo desde Arabia Saudí.
El informe, del mismo modo, señala que “el significativo dolor” causado por la reciente crisis petrolera afectará incluso a Arabia Saudí, entre los Estados ribereños del Golfo Pérsico, que representan una quinta parte de los suministros mundiales de crudo.
El colapso de los precios, asimismo, podría socavar las ambiciosas reformas económicas emprendidas por el príncipe heredero Muhamad bin Salman, para alejar al reino de su dependencia del petróleo.
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