En un comunicado recogido este martes por la agencia estatal saudí SPA, un alto funcionario árabe dice que la monarquía saudí “condena” ataques lanzados el viernes por los grupos armados “apoyados”, de acuerdo con Riad, por Irán.
Repitiendo las alegaciones infundadas de EE.UU., Riad ha acusado a las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de estar, “con el apoyo de Irán”, detrás del ataque lanzado el viernes contra una base militar en la ciudad iraquí de Kirkuk (norte), en el que murió un “contratista civil estadounidense”.
La monarquía ha considerado el ataque “una violación” a la soberanía territorial iraquí y ha subrayado la importancia de “adoptar medidas apropiadas” para impedir el acaecimiento de semejantes actos “violentos”. Las fuerzas populares, que forman parte de las Fuerzas Armadas iraquíes aseguran que las fuerzas populares no tienen “ni un militar” en Kirkuk.
Los Al Saud, no obstante, han guardado silencio ante los bombardeos lanzados el domingo por aeronaves no tripuladas (drones) y cazas F-16 estadounidenses contra varias posiciones del Movimiento de Resistencia Islámica de Irak, conocido como Kataeb Hezbolá, que forma parte de Al-Hashad Al-Shabi en el distrito de Al-Qaim, en la provincia de Al-Anbar (oeste).
Tras los bombardeos mortales contra las fuerzas iraquíes, tanto el Parlamento como el Movimiento Sadr de Irak han exigido la expulsión inmediata de las tropas “ocupantes” estadounidenses de su país.
Las fuerzas populares iraquíes no solo han contribuido en gran medida a la erradicación del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en su país, sino también en Siria. Esto explica los frecuentes ataques de EE.UU. y de Israel lanzados en su contra.
Sin embargo, pese a la retórica bélica en su contra por impedir la resucitación de Daesh en la región, Kataeb Hezbolá asegura que cuenta con suficiente poder militar para vengarse de la “agresión” estadounidense, la tercera desde 2018.
Distintos países, como Irán y Rusia, y movimientos políticos han repudiado los hechos que constituyen, a su juicio, “una muestra de terrorismo” y una flagrante agresión a Irak, país rico en petróleo que además tiene una gran importancia geopolítica, difícil de ignorar por la Casa Blanca.
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