El rotativo británico The Guardian, en un artículo publicado el martes, aborda el caso del periodista saudí desaparecido y asegura que este hecho muestra que se debe sustituir al actual príncipe heredero, Muhamad bin Salman, quien es, de facto, rey del país árabe en estos momentos.
“Si la desaparición en Estambul del periodista Yamal Jashoggi fue ordenado por el príncipe heredero saudí, pues, ya es hora de que haya un reajuste real” en Arabia Saudí, se lee en la nota publicada por el editorial del mencionado diario británico.
Del mismo modo, recuerda que las evidencias muestran que el “escuadrón de la muerte” integrado por 15 personas fue enviado al consulado saudí bajo órdenes directas de Muhamad bin Salman y que su tortura también fue su idea.
Esta crisis, también indica, es la crisis más grave entre Arabia Saudí y los países occidentales desde los ataques del 11 de septiembre del año 2001 contra las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, en el noreste de Estados Unidos.
Si la desaparición en Estambul del periodista Yamal Jashoggi fue ordenado por el príncipe heredero saudí, pues, ya es hora de que haya un reajuste real” en Arabia Saudí, se lee en la nota publicada por el editorial del rotativo británico The Guardian.
También advierte a la comunidad internacional no creer las excusas de Arabia Saudí, en especial, ahora que hay reportes que Riad prepara un informe en el cual alega que Jashoggi murió “por error” durante una interrogación en el consulado saudí y que las altas autoridades saudíes no estaban al tanto de este incidente.
El periodista era exasesor del Gobierno saudí, pero se autoexilió en Estados Unidos el año pasado para evitar que lo detuvieran debido a sus críticas a la política de los Al Saud, en particular a la agresión militar saudí a Yemen.
Jashoggi, columnista del diario estadounidense The Washington Post, acudió el pasado 2 de octubre a la sede consular saudí en Estambul (Turquía) y desde entonces no se sabe nada de él.
Aunque el régimen saudí dice que Jashoggi abandonó sus instalaciones ese mismo día, las autoridades turcas insisten en que disponen de pruebas que demuestran que el periodista fue torturado y luego asesinado y desmembrado, mientras que también acusan a Arabia Saudí de no cooperar con los equipos de investigación turcos.
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